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BERNABÉ AGUIRRE | Guía de montaña, escalador y exsocorrista de la Guardia Civil

"Los errores en la montaña se pagan, muchas veces con el final"

"Me llamó muchísimo la atención que la ruta costera naviega pudiese reunir a tantos montañeros junto al mar"

Bernabé Aguirre. G. GARCÍA

Bernabé Aguirre nació en el que es, para él, el mejor pueblo del mundo, Cofiño, situado a pocos kilómetros de Arriondas, en las faldas del Sueve. Los Picos de Europa fueron desde el comienzo un referente para él, y pronto, a los quince años, entró en la academia de la Guardia Civil. En el instituto armado ha desempeñado toda su carrera profesional, primero en labores de socorro y después como formador en la escuela de montaña de Jaca. Aguirre participó en Navia en una charla organizada por el grupo "Peña Furada".

-¿Ha cambiado mucho la Guardia Civil entre el momento en que se unió a cuando la dejó?

-La Guardia Civil como institución fue evolucionando con la sociedad. Con la llegada de la democracia, la ciudadanía comenzó a evolucionar, y la Guardia Civil, del mismo modo, evolucionó con ello. A partir de los años noventa se abrió más. Y profesionalmente nada tiene que ver un guardia de hoy con uno de hace cuarenta años.

-En el rescate de montaña, también habrá habido cambios.

-Sí. Cuando yo comencé íbamos con pantalones de pana, con medias y con botas no muy buenas. Hacíamos lo que podíamos. No existían los helicópteros, las técnicas no eran las que hay ahora. La Guardia Civil, en el año 1981, fundó su escuela de montaña. Y los que estábamos de profesores nos movíamos por Europa, con franceses, italianos, austriacos, suizos, con americanos, y nos iban enseñando cosas. Y por supuesto, también nosotros a ellos.

-¿En cuántos rescates calcula que ha participado?

-En socorro de montaña he trabajado durante once años, después lo que hice fue enseñar. En esos once años calculo que he hecho unos 350 o 400 rescates.

-¿Llegó a temer por su vida, o por la de sus compañeros, en alguno de ellos?

-A mis alumnos siempre les decía lo mismo: "Pensad que cuando alguien os llama es porque necesita ayuda, siempre debéis ir preparados para encontrar lo peor". No hay rescate fácil. Siempre se pueden cometer fallos, y en la montaña los errores se pagan, muchas veces con el final, en otras con una lesión importante. Cualquier socorro puede ser peligroso en ese sentido.

-¿Considera que los aficionados a la montaña acuden suficientemente preparados para ella?

-Aunque estamos avanzando mucho, en España, por desgracia, aún no existe la cultura montañera de los países alpinos. No tenemos la cultura del guía de montaña, y eso es algo fundamental. Allí cualquiera que vaya por el monte va siempre acompañados de un guía. El guía no solamente te lleva por buenos sitios, sino que te explica, hace una labor de instrucción y de conocimientos de la montaña. Y es lo que nos falta en España. Cada día hay más gente en la montaña, y van de todo tipo: desde el que va en zapatillas al que va muy preparado. Es algo que irá cambiando y mejorando.

-¿Cuál es el peor error que se puede cometer al realizar montañismo?

-El peor error es pensar que estás por encima de la montaña. La montaña te cobra ese pensamiento, esa idea. Nunca hay que desmerecer a la montaña, por muy fácil o difícil que pueda parecer.

-Ha subido casi seiscientas veces al Naranjo de Bulnes. ¿Qué tiene ese pico?

-Haber subido 594 veces no tiene tanta ciencia cuando he sido profesional de la montaña. Para mí tiene algo muy importante: cuando estoy en la cumbre veo mi pueblo y mi casa. Como yo he trabajado en Jaca, venía los fines de semana, y muchos no podía ir a mi pueblo. Iba a los Picos de Europa. Me conformaba con ver mi casa desde la cumbre del Urriellu.

-¿Conoce la montaña de la zona occidental? ¿Qué destacaría?

-Destaco algo que me llamó muchísimo la atención: que se pudiera juntar aquí, al lado del mar, a tantísima gente, y todos montañeros, es muy sorprendente. Tiene su encanto esa ruta costera que tanto se cuida en Navia.

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