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Red Eléctrica anuncia para primavera la apertura de la línea Boimente-Pesoz

"Cualquiera no está preocupado, no sabemos cómo nos afectará esto", dicen los vecinos, que aún confían en que el Supremo anule la autorización

La línea a su paso por el pueblo de Sarceda. TANIA CASCUDO

"Ya no sirve de nada protestar", se lamenta Vidalina Noceda mientras mira al cielo, surcado ahora por los cables de la línea de alta tensión Boimente (Lugo)-Pesoz. El cableado sobrevuela su casa de Os Amieiros, en Santa Eulalia de Oscos, donde reside desde hace 57 años. Noceda y la mayor parte de los vecinos de las zonas más próximas observan con temor la conclusión de las obras de este trazado de Red Eléctrica Española (REE), al que se opusieron sin éxito durante años, y tratan de acostumbrarse a convivir con este corredor de 81 kilómetros que evacuará hacia Cantabria y País Vasco el excedente de energía de Asturias y Galicia.

Las obras de construcción comenzaron a finales de 2013, casi una década después del inicio de la tramitación de esta línea. En Santa Eulalia, uno de los cuatro concejos asturianos que recorre y el único que mantuvo su oposición al corredor, los trabajos están prácticamente listos. REE explica que las obras "avanzan siguiendo el calendario previsto y estarán terminadas en primavera, para su puesta en servicio tras la finalización de las mismas y la realización de las pruebas pertinentes".

La promotora responde también a la intranquilidad de los vecinos explicando que la línea "cumple con toda la reglamentación respecto a este tipo de instalaciones". Además, puntualizan que REE "ha respetado con suficiente holgura las distancias mínimas respecto a las viviendas en todo su trazado". Sin embargo, estas explicaciones no satisfacen a los vecinos que conviven a diario con la infraestructura. Es el caso de Gil Arango, vecino de Sarceda, quien muestra su preocupación por cómo afectará esta infraestructura a la salud. "Estoy preocupado, cualquiera no lo está. Te levantas todos los días y ves esto... no sé cómo nos afectará", argumenta.

Además de regentar una ganadería, Arango tiene unos apartamentos rurales en el pueblo de Sarceda y teme que la línea espante también a los visitantes. "Tiene un impacto enorme", explica. Este vecino forma parte del colectivo Camín Grande que desde hace años lucha para frenar esta línea junto al consistorio santallés y en alianza con algunos municipios gallegos. Aunque teme que REE gane finalmente la batalla, no pierde la esperanza de que los tribunales les den la razón.

El caso está ahora mismo en el Supremo. En 2014 se presentó un recurso de casación contra la última sentencia de respaldo a la línea. En este recurso se cuestiona la esencia del corredor, ya que se recurre la primera autorización. "Camín Grande y Santa Eulalia mantienen el pulso a REE. Toda la obra está en jaque pendiente de lo que resuelva el Supremo", confirmó ayer el asesor que lleva el caso.

El Alcalde santallés, Marcos Niño, considera que la línea es negativa para el concejo: "Es un trazado impresionante en un medio rural como el nuestro. Lo que más nos preocupa es la salud de los vecinos, pues pasa pegado a varios pueblos". Además de los posibles riesgos para las personas, Niño incide en la profunda huella que deja en el paisaje: "No nos favorece en absoluto, es una línea que se divisa desde casi todo el municipio y que atraviesa uno de nuestros valles más bonitos".

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