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"La planta de mejillones es como el Gordo de la lotería", asegura el Principado

El director general de Pesca cree que el proyecto garantiza prosperidad y niega que vaya a afectar negativamente a la salud del percebe

Manuel Serrano y Pablo Álvarez, promotores del proyecto. A. M. S.

"En el pueblo en el que se instale la planta de mejillones será como si le cae el Gordo de la lotería. Lo va a transformar por completo". Así de rotundo se muestra Alberto Vizcaíno, director general de Pesca Marítima, sobre el proyecto que se planea instalar en la costa valdesana. Vizcaíno no entiende la postura del sector pesquero de la región, que, a través de las cofradías, rechazó la implantación de este tipo de explotaciones en el litoral asturiano. "Me parece de una ceguera tremenda que el sector rechace el primer proyecto de estas características, cuando será el primer beneficiado", subraya el director de Pesca.

En la noche del viernes, los patrones mayores de las cofradías asturianas, en una reunión, dejaron patente el rechazo mayoritario del sector a la mejillonera, al entender que ocuparía una superficie excesiva, limitaría el espacio para la pesca artesanal y sería una fuente de enfermedades para el percebe. Temen, además, que estas explotaciones se extiendan a lo largo de toda la costa regional.

Alberto Vizcaíno defiende este tipo de proyectos en cuanto a creadores de prosperidad: "Afectará positivamente al sector pesquero, y a las poblaciones, por todo lo que genera una planta de mejillones: depuración, envasado, enlatado o cualquier tipo de transformación. Todo ello es mano de obra. Si eso llega a generar una treintena de trabajos en Luarca, como señalan los promotores, es como si estuviésemos hablando de dos mil puestos de trabajo en Oviedo o Gijón", ejemplifica el responsable autonómico.

Alberto Vizcaíno tilda de "infundado" el rechazo que ha generado la planta mejillonera en el sector pesquero, y rebate todos los argumentos en su contra. El primero de ellos, la ocupación de un espacio necesario para la pesca. "Trasciende una preocupación por el espacio que yo no tengo con este primer proyecto. La tendré si, efectivamente, dentro del tiempo que sea empezamos a tener concurrencia de proyectos. Ese será el momento de plantearnos una programación que no expulse al pescador de su zona habitual de trabajo", incide Vizcaíno, que cree que, por el momento, no existe ese riesgo.

En cuanto a las posibles afecciones a las especies de la zona, como los percebes, el director de Pesca asegura que es lo que menos le preocupa: "El Centro de Experimentación Pesquera, dependiente de la Dirección de Pesca, tiene los técnicos que más saben de percebe de todo el Cantábrico. Nos fiaremos de sus informes y de la evaluación de impacto ambiental, que aún está pendiente". Vizcaíno niega que se puedan crear fangos a causa de las heces de los mejillones "en mar abierto, en una zona afectada por el oleaje y las mareas, que nada tiene que ver con las rías gallegas, por ejemplo", señala.

En definitiva, la postura del propio director general y de la Administración regional es claramente favorable a la mejillonera. "Estamos ante una oportunidad de oro para comprobar si es un proyecto viable. Si fuese un ciudadano de un pueblo pesquero pelearía por tenerlo. Es la garantía de que mis hijos puedan trabajar mañana", remata el responsable regional.

La empresa promotora de la planta trata de continuar con su tramitación, a falta de la resolución medioambiental. Se han mantenido varias reuniones con el sector pesquero, en busca de su beneplácito.

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