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Parando la enfermedad y el balón

El ovetense Chema Fernández combina con éxito su doble faceta como portero del Tineo y médico internista en el Hospital de Cangas del Narcea

Chema Fernández, con la bata de doctor, en Cangas del Narcea. S. P.

Hacía tanto tiempo que no iba a ver un partido de fútbol que me sorprendió el precio de la entrada: doce euros. El Club Deportivo Tineo jugaba en casa contra el Urraca. Partido de tercera división.

Para mí desgracia, llovía. No paró de hacerlo en todo el partido.

El juego ya había comenzado. Nada más entrar veo que un portero está fuera de su área. Desde allí dirige al resto de los jugadores de su equipo. A pesar de hacerlo a gritos no denota nerviosismo.

Es Chema, el portero del Tineo.

Chema tiene una dilatada carrera deportiva, los porteros son más longevos en esto de la práctica del fútbol. Tiene dos años más que Íker Casillas.

Empezó a jugar este año con el club tinetense, antes estuvo en el Caudal, en 2ª B, con la Universidad de Oviedo, el Cudillero y el Covadonga. Es un apasionado de este deporte. Sus predilecciones futboleras se decantan por el Oviedo y el Madrid y disfruta con el juego que hace el Barcelona.

Es probable que muchas personas no sepan que tiene parte de sus raíces en Cangas del Narcea, aunque él nació en Oviedo. Espero que este detalle no se tenga en cuenta por tierras de Tineo. Su madre es canguesa. Su abuelo ya era una persona muy conocida en Cangas pues regentaba Casa Olalde, tienda ubicada en la calle Mayor.

En el minuto veintitrés gol del Urraca. Chema no hace aspavientos.

La lluvia sigue. Tengo los pies fríos. Catarro al canto, seguro. Me muevo intentando calentarlos. No hay forma.

Durante unos minutos no se dirige a los jugadores. Debe estar asimilando el gol. Eso dura unos minutos. Luego vuelve a lanzarles avisos.

No le gusta que le metan goles, faltaría más.

El Tineo está en décima tercera posición en la clasificación. Chema lleva encajados treinta goles. Con esto no se bromea, es cosa seria.

La afición está contenta. Nunca el equipo había estado en esta categoría y lo demuestran. Animan, se ve y oye. Bueno, casi siempre.

"¡Chema!" "¡Me cago en ? saca pal otro lao!" "¡No salgas tanto, joder!" "¡Sal, sal, Chema, sal de una p? vez!" Ya se sabe, esto dicen que es cosa del fútbol.

Una tangana en el centro del campo. Amago de darse tortas. Chema sale disparado y ayuda a detener la trifulca. Todo quedó en una melé.

Los nervios se desataron entre el público tinetense. El partido llegaba a su fin y la derrota parecía segura. Algún que otro insulto al árbitro. Nada del otro mundo, lo normal, eso dicen. Pocos minutos para finalizar. La lluvia no ha parado ni un momento. Los pies ya no los siento.

De pronto: gol, gol, gol. Un cabezazo de Keke cambió las tornas. Gritos, aplausos. Todos encantados, menos los visitantes que no daban crédito a lo sucedido. Los chavales del Tineo alegraron a sus seguidores la tarde del domingo. Chema no sale del campo satisfecho del todo.

Un martes fui al hospital comarcal Carmen y Severo Ocho, en Cangas del Narcea. Nada, una itv rutinaria. El catarro no es una probabilidad, es real. ¡Estaba visto!

En mitad de un pasillo me encuentro con el doctor Fernández. Es un joven internista -nació en Oviedo en 1979-. Desde 2009 es médico en este hospital y desde el 2011 tiene la plaza en propiedad.

Dispone de un momento y charlamos. La medicina es una de sus pasiones.

Le han tentado para trasladarse a otro hospital, no aceptó. Se siente muy cómodo en Cangas del Narcea y con sus compañeros.

Llegamos a eso de la viabilidad del hospital y no duda: "imposible que se cierre". Lo tiene claro. Una población dispersa y muy envejecida no puede prescindir de este centro hospitalario.

Se lamenta -¿quién no?- del estado de algunos aparatos. El escáner sale a relucir. Echa en falta más aparataje. En su especialidad, por ejemplo, tienen que enviar a Oviedo, para su estudio, los angiotac de tronco supra aórtico. Por favor, no me pregunten qué es. Debe de ser algo importante. El doctor Fernández no para.

Su trabajo conlleva hacer entre cinco y siete guardias al mes. Pero no se queda ahí. Tiene tiempo para realizar investigaciones. En estos momentos colabora en una de carácter internacional sobre la diabetes en la que ha involucrado al Hospital Carmen y Severo Ochoa. No es la única.

Por si esto fuera poco, imparte charlas por toda España, además es el presidente de la Sociedad Asturiana de Medicina Interna (SAMIN). ¿Cómo lo hace?

Un detalle más: practica deporte. Sí, se lo aseguro.

El doctor Fernández, también conocido entre algunos por el doctor Chema, es José María Fernández Rodríguez: médico internista, investigador, conferenciante, presidente de SAMIN y portero del Tineo.

Entra complejo, ¿verdad?

El doctor Fernández es un hombre amable, tranquilo. Y eso se agradece. Él dice que forma parte de su carácter.

Su doble faceta le hace ser protagonista de múltiples anécdotas.

En más de una ocasión, mientras entrenaba, se le acercó por detrás de la portería algún aficionado-paciente a solicitarle cambio de medicación. No solo eso: le consultaron síntomas.

Les aseguro que no bromeaba.

En la consulta el fútbol también está presente. No lo puede evitar. Por mucho que él intente establecer compartimentos estanco no lo consigue. Se lo toma con buen humor.

Trabajar en este hospital le motiva profesionalmente. La carencia de especialistas les obliga, a él y a sus compañeros, a seguir estudiando y mejorando. Todo un reto. Desde el servicio de medicina interna atienden a paciente de cardiología, neumología, digestivo?

Reconoce que los pacientes de la comarca son muy agradecidos. La relación médico paciente es más personal que en otros centros hospitalarios y eso es gratificante.

Los goles que le meten las enfermedades le duelen: "es imposible no tener empatía". Y no se acostumbra a la muerte. Los balones que le cuelan en la portería también le duelen, pero eso es otra cosa.

No se crean que es un hombre aburrido, nada de eso. Le gusta salir y divertirse. No está casado y no tiene hijos. Como dirían las abuelas: es un buen partido.

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