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Donde el Carnaval muda en Antroido

Vestir de "faragayón" o comer "fereixolos" y "deventre" son algunas de las costumbres eonaviegas en la fiesta

Alumnos del colegio Ría del Eo, aprendiendo ayer a hacer rosquillas.

"Sábado fereixoleiro, domingo lardeiro, lúis gordo y martes d'antroido". Es posiblemente uno de los refranes de Carnaval más populares en la comarca eonaviega donde la fiesta se conoce con el nombre -aunque con pequeñas variantes- de Antroido. En la esquina más occidental de Asturias existen un buen puñado de vocablos singulares, costumbres y platos tradicionales que salen a relucir por estas fechas, mientras tratan de sobrevivir al paso del tiempo.

Para empezar, la palabra Antroido no es común a toda la comarca sino que varía según las zonas y así, es posible encontrarse con Antroiro, Entroiro o Entroido. Explica el filólogo e investigador Xosé Miguel Suárez que "no tienen una distribución geográfica clara", porque se dan a este y oeste, es decir llegan hasta el Nalón por el este y hasta Finisterre por el oeste. Lo que sí que es singular de Asturias y más concretamente del Navia-Eo es la palabra Antroiro.

Al respecto del léxico de la zona, Suárez recoge en su "Vocabulario de Mántaras" un buen puñado de vocablos alusivos a estas fechas. Es el caso de "antroidada", que significa fartura, o también describe un momento de mucha alegría, "faragayón", que es aquella persona vestida malcuriosa o que lleva ropas viejas o raras para el Antroido y que también se conoce como "mázcara". Aunque hoy en día los faragoyóis han perdido terreno frente a los disfraces modernos, hay quien sigue fiel a la tradición.

Otro vocablo curioso es "carapela", que hace referencia a un sombrero o cosa que se pone en la cabeza para taparla durante el carnaval. También recoge Suárez la existencia de algunos personajes que recorrían los pueblos, lo que apunta a la existencia de mascaradas por la comarca similares a las del suroccidente, hoy desaparecidas en territorio eonaviego.

En el listado de personajes figuraba el 'bastonero' que va con la cara descubierta pero lleva un palo para defender a las máscaras o el "folequeiro" que es una persona que lleva un fuelle agarrado a un palo y da con él a la gente que seguía el cortejo. José Antonio Fernández Vior, en su libro "El habla de Vegadeo" recoge un testimonio similar de boca del desaparecido Cándido Sanjurjo quien explicaba que en estas comitivas había diferentes personajes. Los "foliqueiros", dice Sanjurjo, llenaban el fuelle con ceniza que tiraban a la gente, también estaban los "ciscóis" que llevaban una vejiga de cerdo adosada a una caña que hacía de cuerpo de bomba para mojar a la gente, especialmente de agua sucia.

En la zona de Villayón existe otro refrán popular que dice "Antroido godoiro pasóu por Arbón, con un cesto na mao comendo rapón". "Godoiro" es una palabra que describe a una persona que come mucho y es que, si hay algo tradicional por estas fechas, es la abundante comida. En el capítulo gastronómico tienen un papel destacado los fereixolos, conocidos con un buen puñado de variantes a lo largo y ancho del territorio como "cereixolo", "fiyuelo", "fiyolo" o "fiyola".

"Penso que nun habería casa na que, alomenos nún d'esos cuatro días reservados al Antroido, nun se fixese ese postre tradicional y tan ligado con esas festas", cuenta el escritor tapiego Manuel García Galano en Falaviva.

Otro plato singular es el deventre, un postre dulce que se elaboraba en la vejiga del cerdo, y que también se conoce como neno, relleno, buchada, chanfaino o buchelo a lo largo y ancho de la comarca. También son populares los buñuelos de leche, como recoge José García en el libro "El habla de El Franco". Los platos ligados al cerdo tampoco faltaban por estas fechas donde la comida juega un papel fundamental.

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