A pesar de la insistente lluvia y el viento, las calles canguesas se llenaron de color y alegría con los disfraces y serpentinas de los más pequeños que se dieron cita en el patio del Ayuntamiento -bajo una carpa, eso sí-- para disfrutar del martes de Carnaval.

La música acompañó toda la tarde a un buen número de niños que junto a sus familiares llenaron la carpa con el ingenio e imaginación de sus atuendos. Príncipes y princesas, indios y vaqueros, piratas y brujas, superhéroes, payasos y un buen número de animales se dejaron ver por la pasarela carnavalera por la que desfilaron niños de todas las edades y familias al completo.

El jurado -compuesto por representantes del Ayuntamiento, la Cofradía del Vino, la Junta Local de Hostelería y Apesa- se rindió ante una sorprendente tarta gigante de cumpleaños que se llevó el primer premio al mejor disfraz, que consistió en un vale para juguetes de 75 euros; y ante la actuación de tres cabezudos que desfilaron al son de la música en directo de las gaitas y el tambor, llevándose en este caso una sesión spa y 100 euros.

La celebración del Carnaval infantil también se aprovechó para entregar los premios a los ganadores del concurso de disfraces de adultos que se celebró el pasado sábado. "El domador" fue el mejor disfraz individual, que fue premiado con 100 euros, y "el circo" compuesto por todo tipo de personajes: animales, domadores, payasos y hombres forzudos, se llevó el primer premio del disfraz grupal con un reconocimiento de 400 euros.

La celebración se alargó durante toda la tarde bajo la carpa, donde los más pequeños aprovecharon para bailar y jugar.