Un robo en una casa de Almuña, a dos kilómetros de Luarca, ha levantado de nuevo la alarma entre los vecinos de la rasa costera del occidente asturiano, preocupados en las últimas semanas por las constantes entradas en viviendas de la zona, en especial en Oviñana, Cudillero.
Esta vez, los ladrones entraron en la vivienda el miércoles por la tarde, tras forzar uno de los accesos, y se llevaron dinero en metálico y joyas. Los propietarios prefieren guardar silencio sobre lo ocurrido y mantenerse en el anonimato. Se sabe que en el momento del robo la casa, debidamente vallada y con perro de guardia, estaba vacía al encontrarse el matrimonio que reside en ella en sus respectivos puestos de trabajo. La Guardia Civil de Luarca investiga los hechos.
El nuevo incidente se suma a los denunciados en las pasadas semanas. En total, se han registrado hasta catorce asaltos desde Cudillero a Tapia de Casariego. En algunos se reconocen similitudes. En los núcleos naviegos de Villapedre y Anleo, como sucedió anteayer en Almuña, los cacos entraron en las viviendas, habitadas, por la tarde y aprovechando que sus inquilinos estaban fuera. Revolvieron todas las estancias que pudieron en busca de dinero y joyas.
En Oviñana, la localidad que más robos ha padecido, la forma de operar es diferente. Los ladrones forzaron puertas y ventanas de madrugada, en dos casos con los inquilinos dormidos dentro. Entraron en cuatro casas en una noche y se llevaron parte de una colección de relojes, dinero y un coche marca BMW.
Diferente fue el robo registrado en Mántaras (Tapia de Casariego), que desembocó en tres detenciones. En este caso, los ladrones accedieron a la vivienda habitada por dos mujeres de 95 y 78 años y las amenazaron con una pistola de balines y un cuchillo de grandes dimensiones mientras exigían dinero y joyas. Al final solamente se llevaron dos carteras vacías.
En Cudillero, la zona más afectada de momento por los robos (a los registrados en Oviñana se suman dos en San Martín de Luiña), se han activado todas las alarmas. La teniente de alcalde, Verónica Pardo, confirmó ayer que las patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local pixueta están en contacto durante sus turnos de trabajo.
La Benemérita sospecha de una banda itinerante, pero de momento no hay conclusiones fehacientes. Sí es evidente que los cacos acceden a viviendas de pueblos de rasa costera, que están bien comunicados por carretera (autovía o carretera nacional) para acelerar la huida.
