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La Cuchillería de Taramundi sortea la crisis y relanza las ventas, que crecen un 43%

La empresa, que renovó el accionariado en 2014, se ha volcado con la elaboración de artículos a la carta y ha abierto al público la fábrica

La Cuchillería de Taramundi sortea la crisis y relanza las ventas, que crecen un 43%

Los cambios le han sentado bien a La Cuchillería de Taramundi, la empresa que capitanea la producción artesanal de cuchillos y navajas en el concejo taramundés. La salida del Principado del accionariado abrió un proceso de cambio interno y externo que, lejos de afectar a la firma, ha dado buenos resultados como exponen sus datos de facturación: La Cuchillería cerró 2015 con un aumento de ventas del 43% con respecto al año anterior.

"El 2015 fue mejor y también en enero y febrero de este año los datos están siendo muy buenos", resume la secretaria del Consejo de Administración, Nieves Bermúdez, muy satisfecha con la nueva etapa emprendida por esta empresa creada en 1998. La entidad cuenta con seis trabajadores -cuatro son accionistas y dos más, contratados- y produce al año en torno a 17.000 cuchillos y 8.000 navajas.

El proceso de cambio se puso en marcha en el año 2012, cuando el Principado decidió vender la parte de La Cuchillería que poseía a través de Sociedad Regional de Promoción (SRP) y en el marco de su plan de reforma del sector público que también afectó al hotel taramundés La Rectoral. Cuatro trabajadores de la entidad y un accionista privado se hicieron con el 33% en manos del gobierno regional. De manera paralela ocho de los accionistas particulares también ofrecieron su parte a los empleados. El resultado de este proceso, que se prolongó hasta 2014, fue que La Cuchillería pasó de 16 a 11 accionistas y el reparto quedó de la siguiente manera: cuatro trabajadores poseen el 44%, el Ayuntamiento de Taramundi el 33% y el 23% restante está en manos de accionistas particulares.

Superados los complejos trámites administrativos que supuso este cambio de accionariado, la firma decidió introducir novedades en su sistema de trabajo y también en el aspecto de sus instalaciones (el taller ocupa la nave municipal donde antes se enclavaba el mercado de ganado). Uno de los objetivos era activar la venta local de sus productos, que había caído en los últimos años sin razón aparente. Así fue como decidieron volcarse con la fabricación de artículos a la carta como complemento a sus productos habituales y también reorganizaron el taller para facilitar las visitas del público y disponer de un punto de venta directa.

Bermúdez explica que los cambios han dado resultado: "Volvimos a alcanzar los niveles de venta local que teníamos hace años y el 50% de lo que hacemos se queda aquí". El 50% restante de la producción se va principalmente a diferentes puntos de Asturias y Galicia. También tienen clientes en Madrid y, a nivel extranjero, destaca Francia, donde cuentan con tiendas que ofrecen los productos de Taramundi.

En la fábrica se reorganizaron los puestos de trabajo para habilitar un pasillo central que permite que la gente acceda al interior de las instalaciones y observe su trabajo cotidiano. "No hacemos visitas guiadas ni demostraciones al uso, sino que permitimos que la gente entre a ver lo que estamos haciendo en ese momento puntual en que nos visitan", explica Bermúdez, quien constata que en los últimos meses han sido muchas las visitas que han recibido. Al abrir sus puertas al público también consiguen que los visitantes conozcan directamente y, en muchos casos, compren su producto.

"También es una manera de hacer nuevos clientes. Ya nos pasó con un hombre que vino de visita y tenía una ferretería en su localidad de origen. Nos conoció y decidió vender nuestros cuchillos", añade.

Por su parte, el encargado del taller, Manolo Quintela, explica que todas las reformas realizadas en las instalaciones fueron efectuadas por los propios trabajadores.

Con imaginación y materiales reciclados suplieron la falta de presupuesto para reorganizar el taller y construir la tienda que ahora recibe al visitante, así como un panel explicativo que resume en un golpe de vista todo el trabajo de elaboración de una navaja. Además, modificaron la entrada a la nave, la pintaron y colocaron varios carteles para que el taller quedase bien señalizado dentro del casco urbano y evitar la pérdida de los turistas.

Para Quintela, el cambio más importante de esta nueva etapa que afrontan es la apuesta por el producto personalizado. "Trabajamos a la carta y se nota que ahora tenemos muchos más pedidos de particulares", añade. En este sentido juegan un papel importante los regalos de boda, ya que están recibiendo muchos pedidos de parejas que deciden dar navajas como detalle de su enlace, y también el uso de la navaja como regalo de empresa. Entre los encargos llamativos que han recibido en la última temporada está el de una conocida pizzería que bautizó una hamburguesa con el nombre de Taramundi y la sirve con un cuchillo clavado.

Y mientras trabajan para mejorar su producto y aumentar su facturación, los artesanos cuchilleros de Taramundi esperan que se pueda disponer cuanto antes de una Indicación Geográfica Protegida que certifique su producción. "Estamos en esa batalla y queremos que salga para que se diferencie nuestra artesanía de las falsificaciones que hay en el mercado", zanja Bermúdez.

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