Luarca vibró ayer con las carrilanas, que desafiaron al mal tiempo para recorrer las calles más pendientes de la villa. Un total de sesenta participantes descendieron desde el instituto Carmen y Severo Ochoa hasta el puerto, a través de las empinadas cuestas del barrio del Cambaral. Los vehículos, realizados por los propios competidores, iban desde triciclos hasta auténticos bólidos de carreras, eso sí, sin motor -uno de ellos en la imagen-. La prueba superó todas las expectativas en su tercera edición, y se consolida en el calendario valdesano tras atraer a centenares de espectadores, que disfrutaron de la velocidad, informa G. G.