Manuel Alfredo Fernández Albuerne recuerda bien aquel 25 de noviembre de 1990, cuando decidió con su amigo Manuel Bernardo Fernández crear una cofradía religiosa en Cudillero. En la villa pixueta es conocida la devoción a la imagen del Jesús Nazareno, pero entonces no existía un colectivo civil encargado, por un lado, de organizar los actos religiosos de la Semana Santa y, por otro, de implicar a vecinos y foráneos en tales celebraciones.
Dice Manuel Alfredo Fernández que "la falta de historia" (durante la Guerra Civil se saqueó la iglesia y se quemaron archivos) tenía algo que ver con esta situación. "No había constancia de la existencia de ninguna cofradía", indica. Pero sí se sabía que muchos pixuetos, y especialmente los marineros, acudían en masa a celebrar el fervor de la Semana Santa. "Mi abuela no se perdía una procesión y como ella, la mayor parte de los vecinos de entonces", recuerda.
La Cofradía de Jesús Nazareno y San Pedro Apóstol de Cudillero reúne hoy a 600 familias y dice su hermano mayor desde hace 25 años, Manuel Alfredo Fernández, que goza de muy buena salud. Para celebrar esta efeméride, el próximo domingo Cudillero tendrá una fiesta. A las cuatro y media de la tarde habrá desfile de tambores y trompetas de la Hermandad Jesús Cautivo de Oviedo; a las cinco está prevista una misa cantada por el coro mixto de Cudillero; y a las seis menos cuarto dará inicio una procesión al puerto con más imágenes de Jesús Nazareno y San Pedro Apóstol. Más tarde, habrá espicha y chocolatada en la plaza para todos los que deseen celebrar el medio siglo de existencia de la cofradía. Estos días, los encargados de las procesiones de la Semana Santa y de los actos del próximo domingo apuran los preparativos.
Planchan las capas, comprueban que los trajes que vestirán los costaleros están completos y que los programas se puede desarrollar sin contratiempos. En la iglesia, ya es posible ver al Jesús Nazareno iluminado y vestido para la ocasión. Esta talla tiene tres trajes, todos donados y todos del color de la pasión: morado. Es una de las señales del seguimiento que se hace al Nazareno. "La gente se implica y da lo que puede, que es mucho", dice Fernández. Otra señal de la devoción es el traspaso de poderes de costaleros padres a hijos. En Cudillero, en caso de que un hijo de costalero sienta esa llamada, se reserva la plaza para que porte la imagen.
Con los años la joven cofradía de Cudillero ha ido ganando adeptos y, frente al desapego que existe en otros lugares, "los jóvenes siempre están ahí".
