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Cerezal se queda sin transporte escolar por los recortes

Dos hermanas del pueblo tinetense dejan de ir al colegio porque su beca no cubre el gasto del taxi que las llevaba

Ángela y Rocío Parrondo, Celia Menéndez y Manuel Ángel Parrondo, con los documentos de los recursos contra la reducción de la ayuda. D. Á.

Las hermanas Ángela y Rocío Parrondo Menéndez, de Cerezal, en Tineo, dejaron de asistir a clase el pasado martes a causa del recorte del 50 por ciento de la ayuda que la Consejería de Educación les proporcionaba para contar con transporte. En la resolución de la convocatoria de ayudas para el curso 2015-2016, la Consejería de Educación ha destinado una partida de casi 62.000 euros, por debajo de la cuantía del anterior curso, en el que se repartieron 205.514 euros. Una rebaja que ha afectado a numerosas familias, entre ellas a los vecinos de Buseco (Valdés) que desde el pasado 15 de febrero no llevan a sus hijos al colegio y a tres familias allandesas que presentaron varios recursos en contra de la resolución.

En febrero, los afectados tinenteses también presentaron un recurso de reposición ante la Consejería, del que aún no han recibido contestación, planteando la difícil situación a la que se enfrentaban por la reducción de la subvención. En su caso, las niñas asisten al colegio público El Pascón en Tineo, a unos 13 kilómetros de su pueblo.

Desde el inicio de la etapa escolar de la hermana mayor, Ángela Parrondo, que está cursando cuarto de Primaria, un taxi se encargó del traslado de las alumnas de su casa al centro gracias a la beca de transporte de la Consejería que abonaba en su totalidad el coste del traslado, estimado en unos 4.775 euros. Así, hasta el año pasado, a cada alumna se le asignaba una cuantía de unos 2.400 euros, cifra que se ha visto reducida a casi la mitad en la resolución de las ayudas de este año y que deja a cada hermana una beca de 1.342 euros.

El dinero aprobado tan sólo alcanza para abonar el transporte de la mitad del curso, plazo que se cumplió el martes de esta semana, cuando el taxi que subía a recoger a las niñas dejó de hacerlo. Las alternativas que se presentan a los padres son correr con el gasto del taxi lo que resta del curso o hacerse cargo ellos mismos del transporte de sus hijas.

"No podemos realizar el transporte de la niñas, porque tenemos una ganadería de leche y estamos sólos para llevarla, ni podemos asumir los más de 2.000 euros que faltarían por abonar al servicio de taxi", afirma Manuel Ángel Parrondo, padre de las niñas.

A la espera de una solución para que se retome el servicio de taxi, los padres mantendrán a sus hijas en casa sin asistir al colegio "muy a pesar nuestro, porque es lo último que queríamos para ellas", lamentan.

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