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Ni un segundo que perder ante el ictus

Tamara López aconseja controlar la tensión y hacer ejercicio para prevenir la principal causa de mortalidad femenina en la comarca

Tamara López. G. GARCÍA

Cada segundo cuenta cuando el ictus irrumpe en el transcurrir de la vida. Descolgar el teléfono y avisar de inmediato a los servicios de emergencia puede marcar la diferencia en caso de sentir los síntomas que lleva asociados la patología. La enfermera Tamara López, que desarrolla su labor en el Hospital de Jarrio, advierte de la importancia de conocer esta enfermedad, que es la principal causa de mortalidad y de hospitalización entre mujeres en la comarca. "Lo más importante es actuar, no perder el tiempo y avisar al 112", subraya la sanitaria.

En un estudio, la enfermera recoge los episodios de ictus que registró el área sanitaria I en 2013. Fueron 126. La edad media de la población afectada se sitúa en 77,8 años. En una elevada proporción de los casos (42%), la asistencia sanitaria se solicitó pasadas las seis horas desde el inicio de los síntomas, cuando lo ideal es actuar antes de las cuatro horas y media. La conclusión principal del trabajo es la necesidad de poner en marcha campañas de promoción y prevención de la salud entre la población para concienciarla de la importancia del ictus. En ello se encuentra Tamara López, que ya ha ofrecido una charla en Navia, y en las próximas semanas recorrerá buena parte de la comarca (Coaña, Tapia de Casariego y los Oscos).

"El ictus, la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro, es una enfermedad tiempodependiente. Para poder aplicar tratamiento especializado y sacar el trombo tenemos cuatro horas y media desde que el paciente comienza con los síntomas", explica la enfermera, que recalca que "conocer el ictus es prevenirlo".

Existen una serie de factores de riesgo que influyen en su aparición, "y si los controlamos, estamos colaborando para evitar que se produzca la enfermedad". Entre esos factores, López enumera la hipertensión arterial, un tipo de arritmia conocida como fibrilación auricular, el consumo de tabaco y alcohol, la falta de actividad física, la obesidad, y otros como los problemas de diabetes o de colesterol.

Los síntomas para reconocer que, efectivamente, se está sufriendo un ictus, son, entre otros, "trastornos en el habla, pérdida de fuerza o sensibilidad brusca en una pierna o brazo, si se nos tuerce la boca, o si tenemos un dolor de cabeza insoportable o perdemos visión. Hay que avisar de inmediato", advierte López.

Existen formas de evitar llegar a este punto. "Los consejos están centrados en el control de los factores de riesgo. Es importante el control de las cifras de tensión y cumplir el tratamiento, controlar los niveles de colesterol, los niveles de azúcar, hacer ejercicio, media hora durante cinco o siete días a la semana, dejar el tabaco y el alcohol, y tomar una dieta equilibrada. También hay que controlar el peso", recomienda López, quien añade que "el ictus también puede afectar a personas jóvenes".

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