Los pescadores asturianos han recurrido a sus vecinos gallegos en busca de consejo ante el proyecto de la mejillonera. La experiencia los avala. No en vano las rías gallegas están salpicadas de todo tipo de explotaciones de acuicultura, que no siempre acaban todo lo bien que se espera en un principio. Llegan a hablar incluso de "farsa y engaño" en relación con las ayudas europeas recibidas por las empresas promotoras de estas iniciativas.

Luis Rodríguez preside la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar Armega), y ayer quiso estar presente en Luarca para dar apoyo a los pescadores locales, con los que lleva en conversaciones unos dos meses. Hay varios puntos en el proyecto de la mejillonera que considera "sospechosos". "Se dice que no se prevé dar alimento a los animales, pero eso es algo que se puede cambiar si la planta no da rentabilidad. Se juega con los puestos de trabajo; en nuestra tierra estamos cansados de que se manipule con este tema, es un engaño para que los políticos aprovechen el tirón mediático, y al final siempre salen menos puestos de los prometidos", critica.

Además, pone el foco en las consecuencias medioambientales de la instalación, que dejará "una zona inerte" en el fondo marino y que "seguramente afectará a los bancos de peces y a los percebes de la zona". Por todo ello, el colectivo se posiciona al lado de los pescadores luarqueses y pide a los dirigentes políticos asturianos que "inviertan y potencien los sectores primarios, que mejoren la pesca sostenible actual, que es algo que es seguro y no un experimento".