Llegaron las últimas, pero vienen para quedarse y traer incluso más. La incorporación de las mujeres la pasada temporada en la modalidad del bolo celta con numerosas competiciones dedicadas para ellas no deja lugar a las dudas de que ha sido un acierto. Tal es la buena acogida que esta iniciativa ha tenido en la especialidad reina del concejo de Tineo que este año las competidoras serán más, mientras que el número de hombres en las boleras se mantendrá a trancas y barrancas.

Según las previsiones de la Asociación de Bolo Celta el número de licencias femeninas podría alcanzar a comienzos de curso las 25, casi una decena más de las que tomaron parte en los primeros torneos de 2015 por lo que se cumplirán las previsiones de que las pruebas de féminas irán al alza.

Buena culpa de este incremento es el gran éxito que tuvieron el año pasado las diferentes pruebas. La idea de que todas las boleras de la especialidad acogiesen un torneo puntuable para el campeonato regional cuajó, no sólo en las participantes, sino también en el público que quizás por lo inédito y quizás por atraer a las propias mujeres, respondió de manera especial para este tipo de citas.

El objetivo ahora es elevar la calidad y la cantidad de las competiciones. De momento se pasará salvo sorpresa de 16 a 25 licencias y algunas jugadoras deberán demostrar sus progresos. Especialmente habrá que poner atención en las triunfadoras del año pasado. Ana Bueno como campeona en el regional individual y Paula Alonso, campeona de España por parejas con una jugadora gallega, tienen el listón muy alto e intentarán seguir progresando en una categoría que todavía tiene mucho camino por andar.

En los hombres todo se presenta más continuista. A falta del cierre de inscripciones de los equipos para liga, el número de inscritos se sitúa en 26, justo la misma cantidad que el año pasado. Datos que tampoco están nada mal si tenemos en cuenta la difícil situación económica y laboral que vive la comarca del suroccidente asturiano y que en el caso del vecino bolo vaqueiro se está dejando notar con la pérdida de varios equipos.

De todos modos, tampoco lo están teniendo fácil los equipos de bolo celta. Prueba de ello es que el lunes todavía no se había formalizado la inscripción para la liga de una peña histórica como la de La Oteda, que en los últimos días había tratado sin éxito reunir el mínimo número de jugadores para afrontar una competición de unas 14 jornadas que precisa de una plantilla los suficientemente amplia para un desarrollo normal de la competición.

De no reunir los suficientes jugadores será la primera ocasión en 32 años en la que el equipo de La Oteda no tome parte del torneo. Una baja muy sensible, pues se trata de una peña que cuenta en su palmarés con más de una decena de entorchados regionales y siete Campeonatos de España por equipos, además de copar en los últimos años los campeonatos individuales y por parejas con su jugador franquicia, Jovino Peláez a la cabeza.

A pesar de las dificultades, las expectativas del bolo celta para el nuevo año son buenas y los organizadores de los torneos aspiran a ampliar la práctica a todos los sectores de la población. "Confiamos en que los niños y los jóvenes se vayan sumando a lo que se inició el año pasado con las mujeres", declara la integrante de la junta gestora de la Federación Asturiana de Bolos, Rocío Menéndez, que también es consciente de la necesidad de colaborar con la propia federación. "Espero que la nueva directiva saliente de las elecciones haga a todas las modalidades ir en la misma dirección", apuntó Menéndez.