Las palabras que Genaro Alonso, consejero de Educación, pronunció el martes en la Junta General no han caído bien en Buseco. Todo lo contrario. La familia afectada por los recortes en materia de transporte asegura sentirse "decepcionada, enfadada y ofendida" tras escuchar al Consejero asegurar que "el derecho a la escolarización es inalienable". "Es la Administración la que incumple el derecho de mis hijos a acudir a la escuela, no nosotros", afirma Ana García, madre de los pequeños, visiblemente molesta.
"Nos pareció increíble, no dábamos crédito a lo que estaba diciendo", asegura García, que recuerda que el pasado 22 de febrero la familia remitió una comunicación a Educación en la que se ponía de manifiesto la imposibilidad de seguir adelante con el transporte de los hijos a la escuela de Concernoso, tras la reducción en un 75 por ciento de la ayuda prestada. "En aquel momento solicitamos a la Consejería una solución a este problema, mediante la implantación de un transporte escolar, o como tuviesen a bien", añade la madre de los menores. Acusa a la Administración de "privarles de su derecho a la escolarización" al no poder los medios necesarios para ello. "Nosotros lo hicimos hasta que no nos fue posible", subraya Ana García. "Intenta dar la imagen de que la culpa de que no estén escolarizados es nuestra, cuando es completamente al revés", añade.
Además, la familia no se explica que la Consejería de Educación aún no haya encontrado una solución para este problema, cuando tan sólo existen seis casos a estudiar por la comisión encargada. "Es un problema muy simple con una solución muy fácil. La tiene el propio Consejero en su mano", apunta la madre de los niños. El caso ha desembocado en un punto muerto, "en el que no sabemos qué más hacer, a quién tenemos que recurrir" para que los pequeños Pedro y Antón Martín García, de 7 y 10 años, puedan regresar al centro escolar junto a sus compañeros. Lamentan, además, que no haya habido respuesta a una petición de reunión con el propio Genaro Alonso para tratar el asunto.
Los menores llevan más de un mes sin acudir a clase, aunque tratan de seguir el ritmo de sus compañeros con ayuda de su madre, que contacta a diario con la maestra.
