Ramón Rodríguez, alcalde de Villayón, descansa ya para la eternidad en su pueblo natal, Arbón. Ayer, bajo una persistente lluvia, recibió el último y caluroso adiós de los familiares, vecinos, compañeros, pero sobre todo, amigos, que deja atrás, tras toda una vida de servicio dedicada a su concejo. Las muestras de duelo se sucedieron en el pequeño templo parroquial, que se vio desbordado por la asistencia al funeral del regidor del PP.

Rodríguez, alcalde de Villayón desde el año 1980, siendo el más veterano de Asturias, falleció a los 76 años, el viernes, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanecía ingresado a causa de una enfermedad repentina. Ayer quedó patente el duro golpe que recibió el municipio, donde "nadie se esperaba algo así, tan repentino", tal y como señalaron muchos de los que se acercaron a darle a Rodríguez su último adiós.

"Ramón está ya junto a su hijo, ya se han reencontrado", afirmó el sacerdote de la parroquia, Juan Luis Monzón, visiblemente afectado por la pérdida. "Guardo muchos recuerdos de estos ocho años que llevaba conociéndolo. Era un amigo. Siempre ofrecía buenos consejos. Era un buen hombre, y un hombre de familia", apuntó sobre el primer edil el párroco, que finalizó declarando que "cuando la estima es tan grande, las palabras sobra, y el silencio lo dice todo".

No en vano, muchos de los vecinos presentes recordaron el "duro golpe" que había supuesto para el primer edil la pérdida de su hijo hace dos años, cuando contaba con 42 años de edad. "Esto es otro palo para la familia, que ha sufrido mucho", subrayó una persona cercana a su círculo familiar. Todo Arbón arropó ayer a los miembros de "Casa Jesús", como se conoce a su familia.

La valía de Ramón Rodríguez como gestor fue, de nuevo, destacada por aquellas le conocieron en el día a día, en su trabajo por sacar adelante el concejo. "Era muy servicial, siempre estaba atento a todo lo que le pedían. Si estaba en su mano, lo cumplía, luchaba por ello", apuntó uno de los ediles que compartió mandato con él.

"¿Quién va a coger ahora el relevo, quién va a estar a la altura?", se preguntaba otro vecino. Desde la comunidad educativa también se quiso tener un recuerdo del primer edil. "Siempre estaba dispuesto a escuchar las peticiones, a ayudar en lo que podía, a cumplir las necesidades del centro. No se le podía reprochar nada", aseguró una maestra que trabajó varios años en Villayón.

El concejo vivió ayer el último día de luto oficial. Vecinos y trabajadores municipales regresarán hoy a su rutina habitual, tratando de superar el profundo vacío que ha dejado su Alcalde.