El exalcalde valdesano Jesús Landeira Álvarez-Cascos (Luarca, 1947) es desde el martes el presidente del Gran Consejo Rector del Festival Vaqueiro y de la Vaqueirada, cargo que ocupaba en funciones desde que en mayo del año pasado falleciera de manera repentina Carmen Martínez, 'Carminina'. El colectivo ya cuenta con nueva directiva y planes de futuro para impulsar una celebración que el próximo julio cumplirá cincuenta y ocho años de historia.
-¿Cómo encara la directiva esta nueva etapa?
-Con ilusión y nuevos bríos. Las cosas empiezan a funcionar bien y vamos a centrarnos en el festival y en darle más sentido. Queremos que la organización, y sin ánimo de criticar nada, no sea tan personalista como hasta ahora. La figura de Carminina, la anterior presidenta, es difícil de reemplazar, pero el festival tiene que seguir. Antes todo giraba en torno a ella, pues lo llevaba todo y compartía poco. Ese funcionamiento tenía su encanto, pero nosotros no podemos aportar eso y por tanto hay que cambiar.
-¿En qué sentido?
-Vamos a intentar poner más en valor la cultura vaqueira. Este festival nació pensando en que el pueblo vaqueiro, que estaba no olvidado, pero sí marginado, se sintiera orgulloso de su origen y participase. Creo que aún no se ha conseguido del todo, por eso el objetivo de la nueva directiva es que el pueblo vaqueiro participe más y asuma el festival como cosa propia.
-¿Y eso cómo se logra?
-Trabajando sobre el tema. En primer lugar vamos a instituir un nuevo galardón que se llama "Guiada de honor". Los ganaderos usan la guiada para conducir el ganado y eso es un poco el símbolo del vaqueiro. Este premio no se va a dar todos los años, pero distinguirá a personas relacionadas con el mundo vaqueiro, gente que aún vive y trabaja en las brañas en sentido estricto. La intención es que la gente recupere la autoestima y considere que merece la pena trabajar en el campo y cuidar sus tradiciones. Queremos implicar a la gente de la zona en el galardón y que ellos hagan propuestas. Vamos a hablar largo y tendido y si encontramos la persona ideal, se entregará el premio, que será la máxima distinción del Consejo Rector.
-¿Cómo van los preparativos del próximo festival?
-Están prácticamente cerrados, aunque faltan algunos flecos como por ejemplo la confirmación de entre dos y tres vaqueiros de honor. Los novios ya están confirmados y hay muy buen "feeling" con ellos. Para este año estamos trabajando en una propuesta nueva, que no sabemos si podrá llevarse a cabo, pero que nos parece perfecta. Uno de los últimos matrimonios casados en Aristébano acaba de tener un bebé y quería bautizarlo en Aristébano. Nos parece maravilloso y, además, la comarca está perdiendo población, por lo que hacer un bautizo sería una noticia de primera magnitud. El problema es que el bautizo es un sacramento muy serio y los preparativos son más complejos de lo que aparenta y, por tanto, no se puede hacer a la ligera. Si lo logramos sería un puntazo, pero vamos a ver si se puede. Entre los flecos pendientes está la ampliación del número de miembros del consejo. Queremos sumar dos vocales más y lograr paridad entre los miembros; además, queremos que esas dos personas procedan del concejo de Tineo que ahora mismo no tiene representantes y debe estar implicado.
-En lo económico la situación está mejorando con la entrada de nuevos patrocinios, ¿no?
-Creo que en lo económico nunca estuvo mejor. Habrá cambios importantes en la financiación que se anunciarán a su debido tiempo, pero podemos decir que los números cuadran antes de empezar el festival y en lo económico podemos respirar tranquilos.
-Entre las inversiones a corto plazo está reparar el carro.
-El carro de los novios es la propiedad más valiosa del Consejo Rector y tiene más de 250 años. Algunas piezas están de "mírame y no me toques" y necesitamos renovarlas, pero el problema es que nos hace falta el asesoramiento de alguien que sepa de carros del país. Además, es un gasto que no está presupuestado. Vamos a hacer una gestión con Patrimonio para ver si puede colaborar.
-Se puede decir que el festival goza de buena salud.
-Creo que el Festival Vaqueiro está consolidado. Tras la muerte de Carmina quedamos en una situación de 'veremos', pero hay muy buenas intenciones y el nuevo equipo tiene muchas ganas de trabajar y hacerlo bien.
-¿Cómo va el homenaje previsto en recuerdo de Carminina?
-El homenaje parte del Ayuntamiento de Valdés y nos han pedido implicación. Queríamos organizar una exposición homenaje, pero el legado que tenemos de Carminina no es suficiente.
-¿A qué se refiere?
-Pensamos que tenía mucha más documentación y materiales de lo que hemos recibido y no sabemos si es que se perdió o es que no había tal cosa. Queríamos hacer una especie de aula didáctica con su legado, pero con lo que hay no podemos.
-¿Se nota mucha su ausencia?
-Se la echa de menos pero no a la hora de montar el festival, sino en la convivencia. Este es el primer festival que organizamos sin ella, ya que el año pasado mantuvimos reuniones hasta su fallecimiento en mayo y estaba todo prácticamente cerrado. Este año desde el principio todo depende de nosotros y creo que lo llevamos bien, pues el trabajo está repartido y las cosas van saliendo.
