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Los estudiantes defienden en Tapia el derecho a la muerte digna y piden que se legisle

El encuentro "Bioética en las aulas" reúne en la villa tapiega a 170 jóvenes

El grupo de alumnos que expuso el caso de la muerte digna, junto al profesor Farruco Graña (izquierda). T. CASCUDO

"La frase colofón es que toda persona tiene derecho a morir sin sufrimiento o, lo que es lo mismo, dignamente", expresó ayer el tapiego Diego Nogueiro, tras exponer las conclusiones de varias semanas de debate en torno al tema de la muerte digna. Fue uno de los tres asuntos que protagonizaron la tercera edición del encuentro "Bioética en las aulas. Aprendiendo a decidir", que ayer celebró su sesión de clausura en Tapia con la participación de 170 estudiantes de los institutos Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo; Galileo Galilei, de Navia, y Marqués de Casariego, de Tapia.

Los jóvenes abordaron el tema de la muerte digna a partir del caso de Andrea, la niña gallega que padecía una enfermedad rara e irreversible y que salió a la luz pública porque sus padres pidieron que no se prolongara su vida de forma artificial para que tuviese una muerte digna. Los estudiantes que analizaron el caso determinaron que existe muy poca concienciación al respecto y también muchas dudas en la sociedad. Reclamaron una mayor implicación del Gobierno para disponer de una ley estatal específica de muerte digna que englobe a todos los ciudadanos, y asimismo consideran importante efectuar campañas informativas para difundir lo que son el testamento vital y las instrucciones previas.

El objetivo de estos encuentros, que promueve el Área Sanitaria I a través de su Comité de Ética, es que los jóvenes aprendan a debatir y a resolver conflictos éticos. En este sentido, la gerente, Susana Santamarina, explica que la iniciativa contribuye a crear "concienciación ciudadana, una necesidad muy notable de nuestra sociedad actual". Santamarina, que aseguró que el encuentro -el único de este tipo que se celebra en Asturias- ya se ha convertido en un "referente" a nivel autonómico y estatal, animó a los jóvenes a convertirse en ciudadanos "activos, responsables y comprometidos".

A los estudiantes del instituto naviego les tocó exponer las conclusiones de trabajo en torno al caso del transexual catalán que se suicidó el pasado año, harto del acoso que padecía. Los jóvenes reclaman una campaña de sensibilización para que, según precisa Verónica Rodríguez, se "acepte la transexualidad como algo normal". Lo que generó más controversia es si la Seguridad Social debe o no costear el cambio de sexo. "Había gente que no estaba de acuerdo, pero después fue cambiando su opinión, pues entendieron que para ellos es una necesidad", añadieron Mario Flórez y Lucía López.

A los veigueños les tocó poner sobre la mesa el caso del inmigrante senegalés al que se le negó la atención sanitaria por carecer de papeles y que falleció en 2013. "La asistencia sanitaria debe ser prestada a todo el mundo", sentencia Carlos Gómez. Los jóvenes, para cubrir el posible gasto que genere su atención, plantean ofrecer un trabajo comunitario con el que saldar la deuda.

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