Ni el frío, ni la lluvia, ni tan siquiera una intensa tormenta de granizo pudo derrotar a los trescientos participantes en la quinta carrera de montaña que organiza Moal, un pequeño pueblo en el corazón de la montaña canguesa. La prueba, que estrenaba un itinerario que convenció a corredores y organización, volvió a dar ejemplo de trabajo en equipo y unión de una comunidad vecinal, al acoger a más de mil personas sin que se registraran incidentes. Ese carácter de gran familia que reina en el valle es lo que más aprecian los corredores, que remataron la jornada disfrutando de una gran paella. En lo deportivo, en esta primera prueba de la Copa de Asturias, la victoria en categoría absoluta masculina fue para Raúl Cámara, mientras que Susana Álvarez se convirtió en la primera mujer en cruzar la meta, tras 32 kilómetros de esfuerzo por un recorrido muy exigente.

Varias semanas de preparativos después, Moal vivió uno de sus eventos del año, al nivel de las fiestas patronales. La comunidad vecinal se vuelca con la prueba de montaña, que supone la llegada al pueblo de más de un millar de personas. Para que todo salga bien, la organización dispone de dos centenares de voluntarios, que es "todo el pueblo, más compañeros de otros lugares que nos vienen a ayudar", dice José Lago, miembro del colectivo vecinal. Para esta localidad donde apenas hay censadas ochenta personas, una cita como la de ayer supone "mucha vida", y cada año se trabaja para superar al anterior y "mantener la buena acogida que la 'Puerta de Muniellos' tiene entre los corredores de Asturias", apunta Lago.

Con el disparo en la línea de salida comienza una dura prueba para todos. En primer lugar para los corredores, que sufren y disfrutan a partes iguales un recorrido que les descubre los secretos del entorno de la Reserva Natural Integral de Muniellos. También para la organización, que debe tenerlo todo medido al milímetro para que nada falle. El marcaje de la ruta con cinta, que debe ser retirada inmediatamente tras la prueba para evitar daños en el medio ambiente; los avituallamientos, la elaboración del menú y la gestión de las llegadas se llevan todos los esmeros. Las sonrisas de satisfacción de los corredores al cruzar la meta, llenos de barro hasta las cejas, son la prueba del trabajo bien hecho por parte de todos.

Los años de experiencia ayudan para sacar adelante tamaña empresa. Lo sabe bien Isabel Díaz, presidenta de la asociación "Muyeres de Mola", que recita de memoria los ingredientes de la paella, convertida ya en toda una tradición. "Lleva 65 kilos de arroz, 45 de pollo y 35 de costillas", asegura. También enumera el resto de labores que desempeña la asociación este fin de semana, como elaborar bizcochos, pintos, tortillas, empanadas, o surtir de productos al bar instalado para la ocasión. Díaz recalca "el apoyo desinteresado de los vecinos, desde el más joven hasta el mayor", que convierte a la prueba en "todo un 'boom'" para la comarca. Las buenas críticas de los participantes son el orgullo del pueblo, encantado de recibir con los brazos abiertos a los amantes de la montaña, un tesoro que quieren de esta forma dar a conocer.

"Es el tercer año consecutivo que vengo, siempre me gustó esta carrera", reconoce Víctor Fernández, que acabó en segunda posición tras un intenso duelo en la cabeza de la prueba con Raúl Cámara. Para este atleta de Cangas de Onís, la competición de Moal "tiene un ambiente espectacular, por el que merece la pena venir y ver a un pueblo que se vuelca con ello, que te hace sentir como en casa y te ofrece todo lo que necesites". "Eso en muy pocas carreras lo hay, es una pasada", apunta Fernández, que valora positivamente los cambios acometidos en el trazado: "Ahora es más dura, pero pasa por lugares muy bonitos", señala.

La dirección de carrera también tiene hay sensaciones positivas sobre el nuevo trazado, que espera poder mantener para ediciones futuras. "La gente ha quedado muy contenta con el itinerario", explica Javier Fernández, que subraya "las duras condiciones" en que se desenvolvió la carrera, sobre todo por el frío. "A mucha gente, apasionada de la montaña, le gusta esto, aunque si sucede como hoy una tormenta en una cumbre, se hace extremadamente difícil".