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Música contra el olvido en Grandas

Un taller utiliza canciones de Manolo Escobar y Chavela Vargas para estimular la actividad física y mental en la residencia de mayores del concejo

Ángeles Álvarez y María Teresa García, con el material utilizado en la residencia de Grandas de Salime. G. GARCÍA

Suena en el reproductor una canción de Manolo Escobar, y varios de los participantes en el taller recuerdan la letra, e incluso se atreven a canturrearla. "Son muy cantarines, a veces se animan y no hay quien los pare", bromea María Teresa García, directora de la residencia de mayores de Grandas de Salime. Aquí, desde hace unas semanas, el programa "Rompiendo Distancias" imparte un taller de musicoterapia, mediante el que se ejercita la mente, la coordinación y el cuerpo, gracias a diferentes ejercicios. Los efectos positivos ya se dejan ver a las pocas sesiones.

La música es una herramienta más de las que utiliza Ángeles Álvarez, responsable del programa en el alto Navia, en su trabajo con las personas mayores de la residencia. Ayuda a mantener la atención, a ejercitar la memoria y a darle un toque de alegría a la sesión, que se celebra una vez por semana. "Les preguntamos qué es lo que quieren escuchar, qué les gusta. Hoy decidieron Manolo Escobar, al que ya tuvimos la semana pasada", explica.

En otra de las sesiones, la protagonista musical fue Chavela Vargas. "Al principio sabían que era una mujer, de dónde era, pero se les resistía el nombre; al final, acabaron cayendo", señala Álvarez, que asegura que este tipo de estimulación beneficia la salud de los participantes. "Cada vez más se van acordando de lo que trabajamos, y así logramos que usen la memoria".

Son doce los residentes que participan de manera habitual en estas sesiones, de los 17 que residen en este centro grandalés. "Están muy contentos, son muy participativos, y ya se les ve el progreso", dice la directora. "En las primeras sesiones no podían lanzar el balón hacia arriba. Ahora ya lo consiguen", añade Álvarez. El taller está abierto a que otros mayores del concejo puedan sumarse, y lograr los beneficios que todos notan.

Para Sigifredo Blanco, se trata de una hora y media "muy divertida, en la que lo pasamos bien, y no se hace duro". Y eso a pesar de que trabajan a conciencia la movilidad en brazos y piernas, ayudados por pelotas y también por la música.

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