El grupo chino Shanghai Kaichuang Marine International Co. ha llegado a un acuerdo para la compra del 100% de la empresa Hijos de Carlos Albo, una de las marcas más vetustas y acrisoladas del sector conservero español, y que posee centros de producción de platos preparados en Tapia de Casariego (Asturias) y de conservas de pescado en Cillero y en Vigo (Galicia).
El grupo chino, de titularidad estatal y uno de los grandes operadores en el sector pesquero, estaría dispuesto a efectuar un desembolso de casi 61 millones de euros para hacerse con el 100% de la compañía, lo que no incluiría el patrimonio inmobiliario de la familia Albo.
La operación, avanzada por medios del sector pero no confirmada por la compañía Albo, con sede en Galicia, deberá aguardar para materializarse al cumplimiento de trámites en China y a su aprobación por las autoridades europeas de la Competencia.
Las compañías chinas han acrecentado y acelerado en los últimos años la compra de empresas en países occidentales. Esta intensificación guarda relación con su empeño en hacerse con marcas acreditadas, tecnologías y cuotas de mercado relevantes en las economías avanzadas, y también con la gran operación económica en la que está inmerso el Gobierno de Pekín, dispuesto a acometer una ambiciosa tarea de cambio de modelo productivo del gigante asiático, reduciendo el peso de la inversión, de la industria básica y de la exportación en su patrón de crecimiento en beneficio de un mayor impulso de la demanda interna, la industria de bienes de consumo y el sector servicios en aras de lograr una estructura productiva más equilibrada.
El grupo chino, integrado en un gran "holding" bajo control estatal, aspiraría a potenciar Albo en el mercado español y a fortalecer de forma muy relevante su potencial de despliegue internacional, favoreciendo una mayor presencia de la marca en los mercados de exportación, en los que, según algunas versiones, ahora sólo obtiene el 4% de su facturación, aun cuando comercializa sus elaboraciones en 23 países: Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Filipinas, Hong Kong, Japón y Nueva Zelanda.
La planta de Albo en Tapia de Casariego elabora y envasa fabada, caldo gallego, callos con garbanzos y callos a la madrileña, entre otros platos preparados enlatados. En la factoría de Cillero (Lugo) procesa pescado, fundamentalmente túnidos: bonito del norte y atún claro en diversas preparaciones. Y en el centro de producción de Vigo (Pontevedra) elabora y enlata túnidos, calamares, sardinas, mejillones, zamburiñas, huevas de merluza y otros productos, y concentra los servicios centrales.
La adquisición de Albo por capital chino será la tercera gran operación de esta naturaleza en el tejido empresarial asturiano. La primera fue la toma de la mayoría accionarial (21,35%) de la energética portuguesa EDP (matriz de la asturiana HC) por China Three Gorges (CTG), además de otro 2% de EDP en poder de la también china Gouxin Group.
La segunda operación consistió en la compra de los activos de la asturiana Temper por el grupo chino de propiedad privada Boer Power.
Albo nació en 1860 en Santoña (Cantabria) con la denominación de Albo y Arredondo. Uno de sus fundadores, Carlos Albo Kay, se independizó en 1903 y sobre este negocio se fundó en 1921 Hijos de Carlos Albo. La compañía se expansionó por el País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. El gradual desplazamiento del peso conservero cantábrico hacia el extremo occidental redujo su presencia a una fábrica en el occidente asturiano y dos en Galicia. En 2009 clausuró su planta en Candás, otro de sus emplazamientos centenarios.
