Carlos López Otín inició ayer su intervención ante un abarrotado auditorio de Vegadeo hablando de la grandeza del Universo, para terminar refiriéndose a las pequeñas cosas que cada uno puede hacer para ser mejor y encontrar su "lugar en el mundo". El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo explicó a los estudiantes de Bachillerato de Tapia, Navia y Vegadeo que, aunque se herede el genoma, hay muchas otras dimensiones de la genética de las que cada persona es responsable: "En cada momento de nuestra vida somos dueños de nuestro genoma porque interactúa con el ambiente, lo que leemos o sentimos. La sociedad en la que vivimos deja su huella en nuestro genoma". Por eso les animó a encontrar y potenciar sus talentos porque "cualquiera puede tener oportunidad en su genoma de hacer cosas insospechadas".

El prestigioso investigador, natural de Huesca aunque afincado desde hace años en Asturias, detalló a su joven auditorio los avances en la compleja tarea de entender la vida. "Es muy difícil que podamos encontrar algo más emocionante, fascinante y espectacular que lo que ocurre dentro de nosotros", dijo el científico, que usó un lenguaje sencillo, cercano y plagado de anécdotas para atrapar a los estudiantes.

López Otín no sólo repasó los avances logrados a lo largo de la historia, sino que animó a los jóvenes a sumarse a la aventura, ya que "queda mucho por hacer", quedan muchos "enigmas por responder".

"El reto final de la sociedad humana es la salud", subrayó el investigador, antes de meterse de lleno en lo que supone la enfermedad para el ser humano. López Otín explicó a los estudiantes que no hay dos enfermedades iguales y por eso "la sociedad deberá entender las claves moleculares de las enfermedades y atenderlas a todas". Aunque también dejó claro que algunas, como el cáncer, no van a desaparecer, pero sí es fundamental entenderlo: "No nos debe asustar, pues nadie lo va a erradicar, forma parte de nuestra esencia molecular. Lo que debemos es entenderlo para evitarlo a tiempo", aclaró.

Confía el catedrático en que a las generaciones del futuro sea posible leerles su genoma al nacer para "entender sus susceptibilidades y sus potenciales". En este sentido, indicó que "un consejo genético es muchas veces el mejor que se le puede dar a una persona", al tiempo que puso como ejemplo la investigación desarrollada por su equipo para localizar el gen causante de la muerte súbita.

Además de exponer los resultados de años de investigación, López Otín reservó los últimos minutos de su intervención para decir a los jóvenes que los logros en investigación sólo se consiguen a través del estudio. Estudiar, apreciar el mundo a su alrededor, equivocarse, dudar e incluso salirse del camino marcado son algunos de los consejos que el investigador dio a los estudiantes de Bachillerato que ayer siguieron con atención su clase magistral. "Cada uno debe de intentar encontrar su lugar en el mundo, pero no hay una receta mágica", añadió. Otín se despidió presentando a los científicos más jóvenes de su equipo, gente "dispuesta a trabajar, dejar su talento y mostrar su curiosidad por el beneficio de los demás".

La actividad del Foro Comunicación y Escuela continúa hoy en Castropol, donde se celebrará un encuentro con la escritora Lucía González y el ilustrador Goyo Rodríguez. La actividad comenzará a las once y media en la Casa de Cultura de Castropol.