Hasta Mallorca ha llegado la raza asturiana de los valles. Una ganadería de la isla ha decidido apostar por la raza cárnica autóctona y este fin de semana ha acudido al XXIX Concurso nacional de asturiana de los valles que se celebra en Cangas del Narcea para poder admirar los mejores ejemplares de la raza.

"En octubre de 2013 llevamos varias terneras desde aquí a Mallorca para comprobar su adaptación y por ahora todo está yendo bien y ya nos parieron varias", explica el ganadero Miguel Vanrell. En su familia regentaban una ganadería de vacas frisonas, más comjunes en la isla, para la producción de leche, y ante la jubilación de su abuelo decidió tomar el relevo y cambiar de raza. "Miramos varias razas de carne y al ver esta que tenía una asociación detrás (Aseava) nos animamos y nos han apoyado siempre dándonos información", apunta.

Además del concurso, los ganaderos mallorquines se acercaron a conocer ganaderías y se quedaron maravillados "de lo bien que cuidan las vacas buscando la perfección, y la cantidad de gente que hay en este mundo que siente verdadera pasión por la raza", en palabras de Caterine Vives.

Beñat Urbieta, de Vizcaya, hace unos años que decidió apostar también por la raza asturiana de los valles. En su caso, acude al concurso con varias reses y consiguió en las primeras calificaciones situar como subcampeón a su novillo. Urbieta destaca de la raza que "nos gustó por su nobleza, su fácil manejo y su buena aptitud cárnica, y en el País Vasco la carne está encajando muy bien", subraya.

Los ganaderos autóctonos también ensalzan la raza. José Luis Fernández acude al concurso con tres ganaderías de familiares y nueve animales con los que espera llevarse algún premio a casa, y no duda en afirmar que "los productos cárnicos de la raza asturiana de los valles tienen un prestigio a nivel nacional". Le acompaña su nieta, María Fernández, que con tan sólo 13 años ya se muestra como una apasionada de la raza, algo que enorgullece a su abuelo.

Fernández reclama más apoyo para los ganaderos, ya que considera que "no están bien valorados por los organismos pertinentes, pero hay que seguir luchando".

Uno de los primeros premios que salió de la jornada calificatoria de ayer fue el gran campeón de tipo normal, que fue a parar, un año más, a la ganadería de Ana María Cuervo, de Llanera, en concreto a su semental "Jardinero". "Estamos contentos porque es un prestigio para la ganadería y, sobre todo, porque somos una ganadería pequeña, de 40 animales, y eso ayuda a vender las crías", explica Nicolás Alonso, hijo de la ganadera.