Moal es uno de los pueblos de Cangas del Narcea cuyos terrenos se encuentran dentro de los límites del parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y que, por lo tanto, en los últimos años se ha visto afectado por las diferentes normativas que regulan el espacio. Para los vecinos, la declaración del parque natural y sus planes de gestión -el último acaba de ser anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) tras un recurso de tres afectados- han modificado la forma de vivir en el pueblo y tienen claro que ha sido para peor.
"El cambio ha sido malo, ahora sólo tenemos restricciones como no poder vender madera, no podemos realizar desbroces, algunos caminos históricos ahora son de acceso restringido y no se puede edificar fuera del núcleo urbano. En definitiva, sólo se aplican prohibiciones, que no se consultaron con nadie de aquí y no se ha percibido ninguna compensación", explica el alcalde del pueblo, Toño Rodríguez.
Recuerda que cuando se planteó la instauración de la figura de protección se ofrecieron mejoras para el pueblo, sin embargo, no han llegado: "Y lo único que encontramos son trabas a la hora de solicitar autorizaciones para actividades como la carrera 'Puerta de Muniellos' o para realizar obras".
En la actualidad, Moal lucha por arreglar la plaza principal del pueblo con la ampliación de la cubierta y del palco. Para ello cuenta con el respaldo del empresario Alberto Pérez, gerente de Montajes, Proyectos y Mantenimiento (MPM), que se ofreció a correr con los gastos de la mano de obra. Pero ya han encontrado el primer inconveniente en la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA) que les ha informado de que la plaza del pueblo forma parte del plan de especial protección del parque. "Está a unos 20 metros del núcleo del pueblo, es el lugar donde realizamos actividades deportivas y la fiesta y es triste que aún contando con ayuda económica tengamos trabas para arreglarla por las normas urbanísticas ligadas al parque", lamenta Rodríguez.
Situaciones como ésta aseguran que están afectando al futuro del pueblo porque "a la juventud se le está dando a entender que el pueblo no es una opción, que aquí no pueden emprender, ni trabajar y así estamos viendo como Moal ha pasado de tener 300 habitantes a 80", apunta Pepe Lago. Todos coinciden en resaltar que en Moal nunca se ha estado en contra del instauración de la figura del parque natural, sino en contra de "las restricciones que se están aplicando y en la falta de compensaciones que nos están restando competitividad y futuro, además de acabar con nuestras tradiciones".
