Los estudiantes del Servicio Universitario de Trabajo que iban llegando a Cudillero recibían el peculiar y autóctono calificativo de "pénjamos", en referencia a una famosa canción mexicana famosa en aquella época. El trabajo durante los meses de verano de los universitarios se centraba en las labores de los marinos, aunque había salvedades. "Hubo momentos en que los estudiantes venían y no salían al mar, pasaban el día confraternizando con los paisanos", apunta Andrés Armas. Matías Prendes recuerda que aquellos que se mareaban con la pesca de bajura eran enviados a la playa, "a sacar arena para el puerto". También recuerda cómo los estudiantes eran la comidillas del pueblo en verano, atrayendo la mirada, sobre todo, de las jóvenes pixuetas.
