Un tocadiscos que dibuja, un motor que se enciende a través del cuerpo humano, un sistema de bombillas inteligente y hasta un cohete propulsado con aire comprimido. Toda la ciencia que cabe en unos cientos de metros cuadrados se expuso estos días en Navia, en la feria organizada por los profesores y alumnos del instituto Galileo Galilei de Navia. En esta tercera edición se han aumentado en número de proyectos, hasta el medio centenar, de los que destacan singularmente la decena que se ilustra, con imágenes, en esta página.
Lucía López y Nuria Pérez plantean una pequeña trampa. Dan a probar dos yogures de sabores, de diferente color al habitual. Muy pocos aciertan cuando se les pregunta a qué sabe. "Nuestro celebro asocia los sabores con colores, nos basamos en lo que previamente hemos probado, y estamos acostumbrados a que los yogures de fresa sean rosas", explica Nuria Pérez. "Queríamos demostrar que los estímulos de la vista nos pueden engañar a la hora de percibir sabores", añade Lucía López.
El departamento de Educación Física, junto con el de Tecnología, hacen sudar a los visitantes, midiendo su velocidad de reacción con un dispositivo de precisión. "Se trata de un recorrido de diez metros, en el que se controla la velocidad de reacción y la velocidad total. Con una fotocélula, medimos el tiempo, y a través de un cálculo matemático, conseguimos los datos", describe el profesor Modesto Suárez.
Juan Luiña muestra un motor que se arranca con una peculiaridad. "La electricidad pasa por el cuerpo humano antes de encender el motor, se amplía", cuenta frente a una serie de circuitos
Todos los proyectos han sido desarrollados por el alumnado, con la inestimable colaboración de sus profesores, robando tiempo de sus horas de ocio para completarlos. Muchos de ellos se quedarán en las aulas, para que los estudiantes de años venideros puedan conocer en la práctica lo que explican los libros de texto.
