El "Daniel K.", un mercante de bandera holandesa cargado con 4.000 toneladas de pasta de papel, fue el protagonista absoluto ayer en la ría del Eo, donde quedó varado junto al tesón de arena de Figueras. Es el segundo carguero que vara en el estuario en el último año, ya que el pasado agosto se repitió la imagen con un barco inglés. El suceso pone de manifiesto un problema conocido por los ribereños y es el insuficiente calado de los canales de navegación y la consiguiente necesidad de un dragado integral del estuario que une Asturias y Galicia. Problema que se une al del deficiente saneamiento: las actuales conducciones tienen filtraciones y las obras del nuevo sistema de depuracion no estarán listas por completo hasta 2018.

La embarcación, perteneciente a la compañía Alstership y con 90,25 metros de eslora, recaló el jueves en el puerto comercial ribadense de Mirasol para cargar pasta de papel de la factoría de Ence, en Navia. En torno a las 13.30 de la madrugada de ayer, cuando efectuaba las maniobras de salida en el canal de navegación de Ribadeo, quedó atrapado por la arena. Pese a los intentos por salir tuvo que esperar a la siguiente pleamar, doce horas después, para salir con la ayuda de dos remolcadores.

El práctico del puerto de Ribadeo, Francisco Torviso, culpa del varamiento a los constantes movimientos de la arena acumulada en los canales. "Se producen aterramientos de arena que se desconocen porque la arena varía mucho, está en movimiento constante", explica. Esta situación provoca que cada vez sean más complejas las maniobras de entrada y salida de los grandes buques que acceden al puerto comercial de Ribadeo y que se haga necesario un dragado en condiciones del canal de navegación para garantizar que situaciones como esta se repitan.

Una hora antes de la pleamar de ayer a mediodía se puso en marcha el operativo de rescate del "Daniel K.". Para ello se pidió ayuda a dos remolcadores: el "F. Jaureguizar", del astillero figueirense Gondán, y el "Sertosa Veintitrés", con sede en San Ciprián (Lugo). Se hizo necesaria su ayuda ya que el buque, de 3.037 toneladas de peso sin carga, casi duplicaba su tonelaje teniendo en cuenta que llevaba 4.000 toneladas de celulosa.

Torviso indica que la maniobra para reflotarlo "no fue muy compleja", aunque se prolongó durante unos tres cuartos de hora. A las dos menos cuarto de la tarde el buque cruzaba el puente de los Santos y decía adiós al Eo, aunque no para siempre, ya que es una embarcación que periódicamente acude a cargar a Ribadeo.

La maniobra de rescate generó mucha expectación en las orillas de la ría. Los ribereños debatían en corrillos sobre el mejor modo de liberar al barco y también se sorprendieron cuando rompió el cabo del remolcador lucense, algo "que suele pasar" en este tipo de operaciones. Finalmente el "Daniel K." empezó a virar hasta poner rumbo a la bocana de la ría.

Este carguero holandés se suma a la lista de embarcaciones varadas en el estuario. La última fue el "Kelly C.", un barco de 106 metros de eslora y bandera del Reino Unido que quedó atrapado el 24 de agosto del año pasado.

La petición de dragar el estuario es ya una vieja reclamación que formulan todos los que viven y trabajan a diario en la ría. Una de las voces que más lo reclama es el astillero de Figueras, que sufre directamente las consecuencias del crecimiento del tesón de arena.