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El pulso de la temporada alta del Camino de Santiago en la comarca

La escasez de alojamiento y de señales, y la suciedad, quejas de los peregrinos

Un año después de la declaración de la ruta del Norte como Patrimonio Mundial "apenas se ven mejoras, los ayuntamientos no están cumpliendo con su parte"

Obras en el albergue de Piñera, en una imagen de archivo del año pasado. G. GARCÍA

El Camino de Santiago vive estos días su particular temporada alta con un continuo tránsito de peregrinos en ruta a Santiago. Sin embargo, la senda no siempre está a la altura de las expectativas de los caminantes. En el trayecto del Camino Norte que discurre por el occidente asturiano sus reclamaciones son recurrentes: hacen falta más plazas de albergue y mejorar la señalización y la limpieza de la senda a Santiago.

La senda compostelana de la costa se abre camino en el Occidente por Cudillero, donde recientemente se han llevado a cabo trabajos de limpieza para abrir el paso por Las Palancas, entre el concejo pixueto y Valdés. También ha habido algunas mejoras en la señalización, pero todo ello resulta insuficiente para Mari Rico, presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Valdés y representante de los colecivos jacobeos del Noroccidente. "Un año después de que los Caminos de Santiago del Norte hayan entrado en la lista del Patrimonio Mudial de la Unesco, se han visto pocos avances, menos de los esperados", asegura.

En su opinión, los ayuntamientos aún no están "cumpliendo con su parte" para poner al día las sendas, y enumera las peticiones de los viajeros: más plazas en los albergues específicos para peregrinos, mayor esfuerzo en la limpieza, y una mejor señalización. "Los peregrinos de hoy son los turistas de mañana. Si no encuentran los servicios adecuados, no volverán, y se perderá esa oportunidad", asegura la valdesana. Pone como ejemplo el cierre del albergue de Piñera, en Navia, como uno de los "puntos negros" de este verano.

"Los que hacen el Camino de Santiago vienen con las etapas fijadas en función de los albergues, y es en Cadavedo donde se enteran de que está cerrado, lo que les crea muchos problemas", incide Rico, quien cree que lo oportuno sería habilitar un edificio de forma temporal mientras duren las obras, "como se hizo en El Franco". Rico también considera que sería "muy positivo" habilitar otro alojamiento específico en Coaña, ya sea de carácter público o privado.

El albergue de Piñera, en el que el Ayuntamiento de Navia ha invertido unos 250.000 euros, no abrirá, al menos, hasta final de año. "Estamos rematando las obras, cosas como las ventanas y los muebles de la cocina. Después, se licitará el puesto de encargado del establecimiento", explica el alcalde, Ignacio García Palacios. Tendrá unas 50 plazas.

Los malagueños María del Mar de la Rosa y Rafael Moya recalaron ayer a mediodía en el albergue de La Caridad, agotados por la caminata desde Luarca, donde acaban de iniciar su particular camino a Compostela. "Hace mucho calor", reconocieron nada más llegar. Compartieron estancia con dos cántabros que hoy abandonarán Asturias por el puente de los Santos y que, en general, están satisfechos con su ruta por Asturias, aunque consideran que el trazado es más bonito en la franja oriental. En concreto, estos jóvenes apuntan que la etapa de Luarca a La Caridad es "la más fea de todas porque va por la carretera, te mete por un polígono y da mucha vuelta".

Los responsables del albergue de La Caridad explican que los peregrinos se quejan de algún que otro problema con la señalización, aunque "tampoco es algo exagerado". Por ejemplo, dicen, en la localidad coañesa de Cartavio suele haber confusiones. Los caminantes apuntan también la necesidad de más albergues. El Franco suma 60 plazas, divididas entre el albergue de La Caridad (más moderno) y el de Arboces, y hay días en los que, como ayer, rozan el lleno.

También había mucho ambiente ayer a primera hora de la tarde en el albergue de Tapia, que cuenta con 30 plazas y gusta especialmente por sus vistas al Cantábrico.

La responsable de la oficina de turismo local, Rosa Santiago, coincide en que la mejora de la señalización en determinados puntos y la necesidad de disponer de más albergues son las principales reivindicaciones de los peregrinos. "También piden más fuentes para beber", añade.

En Tapia se ha hecho un esfuerzo por señalizar el Camino y acondicionar el albergue, de ahí que no reciban críticas concretas sobre el Camino a su paso por el concejo. Lo que sí detecta Santiago es que este año hay un número importante de peregrinos que ha optado por alojarse en hoteles en lugar de quedarse en el albergue municipal.

En el vecino concejo de Castropol, acaba de reabrir sus puertas el albergue municipal de Tol, que cuenta con dieciséis plazas y que estuvo cerrado unas semanas para acometer unas obras. En la localidad de Figueras también opera un albergue de carácter privado.

En el municipio castropolense hay una doble opción para abandonar Asturias. La más popular en la actualidad es el paso a Galicia a través del puente de los Santos, aunque en Vegadeo reivindican el trazado histórico que supone salir del Principado por la localidad veigueña de Abres. Además de esta opción que se adentra por Trabada (Lugo), el consistorio está trabajando en un proyecto para recuperar la antigua Vía Rexia, documentada en la Edad Media, y que lleva a los peregrinos de Vegadeo a San Tirso de Abres, en paralelo al río Eo.

El gobierno veigueño está volcado en la construcción de un albergue municipal, que proyecta para un solar situado junto al centro de salud. El equipamiento es una vieja reivindicación de la Asociación Astur-Galaica de Amigos del Camino. El consistorio quiere contratar el proyecto este año y lograr una ayuda europea el año que viene para su construcción. "Si no hay un albergue, nunca habrá paso de peregrinos por la zona", afirma Mari Rico.

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