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La obra del argayo de Porciles se dilatará hasta septiembre

Tras retirar el material desprendido, Fomento trabaja para asegurar el talud y reabrir el tramo de la futura autovía

Máquinas trabajando ayer entre la niebla en la zona del argayo. G. GARCÍA

Los trabajos para retirar el argayo de Porciles y asegurar el talud sobre el futuro tramo de la Autovía del Suroccidente estarán rematados en el mes de septiembre. Al menos esa es la previsión con la que trabaja el Ministerio de Fomento, y es el plazo que se ha trasladado al Ayuntamiento de Salas. La maquinaria desempeña ahora labores para consolidar un muro de contención, después de retirar los más de 6.000 metros cúbicos de material que se vinieron abajo en los meses de febrero y marzo, a causa de las fuertes lluvias. Los vecinos recalcan la atención de los responsables de la obra en cuanto a la seguridad de sus casas, y esperan poder recuperar pronto una vía "muy importante" para la comunicación en esta zona.

"La última información que tenemos es que lo que es el desprendimiento ya ha sido retirado. Ahora están trabajando en una rampa para iniciar la escollera. Nos han comunicado, además, que estará listo en el mes de septiembre", asegura la edil salense Ángeles Fernández, que desde el principio ha estado pendiente de este problema.

Como vecina de La Espina, señala que es "un incordio" tener que utilizar la vieja nacional para hacer el viaje entre esta localidad y la capital del concejo porque, además de llevar más tiempo, tiene más curvas y es más peligrosa. "La carretera que está cortada es una vía importante para Salas, pero también para todo el Suroccidente, incluyendo el concejo de Tineo", explica.

Aunque la fecha de finalización de los trabajos ofrecida en un primer momento por los responsables del Ministerio de Fomento era el 1 de agosto, lo cierto es que las circunstancias han dilatado un mes en el tiempo su puesta en marcha. "Ahora tan sólo esperamos que agilicen todo lo posible las obras para reabrir la carretera", señala Fernández.

La casa de Florentino Francos está cerca del punto en que se produjo el desprendimiento, a apenas cincuenta metros. Este vecino de Porciles considera que "ya fue pasando lo peor, el miedo de los primeros días", y que desde entonces no han visto peligrar sus viviendas. Ahora casi se han acostumbrado al enorme agujero en la loma, y también a la presencia de los técnicos que tratan de mantener la seguridad en todo momento. "Están todo el día con nosotros, vigilando por si se mueve algo. Se controló todo desde el primer momento", apunta Francos. La otra molestia que ha generado el argayo es el corte de un camino secundario, que salvan utilizando vías alternativas.

Los usuarios de la vía cortada al tráfico desde el 15 de febrero también aguardan con expectación el final de los trabajos. "Era bueno que lo abriesen cuanto antes", afirma Ángel Vispo, que transporta mercancía para un almacén de productos agrícolas. En sus viajes entre Salas y La Espina, dice, tarda ahora unos doce o trece minutos más, al tener que realizar el recorrido por la antigua nacional".

Los problemas comenzaron el pasado 15 de febrero, con el primer desprendimiento, y se vieron agravados a principios de marzo, cuando un segundo argayo cayó sobre la futura autovía. Las fuertes lluvias podrían estar entre las causas de los argayos. La obra de recuperación en este punto ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros, una cantidad importante para un argayo de grandes dimensiones: avanzó 74 metros y alcanzó una altura de 31 metros. Se instalará una pantalla de sujeción con una franja de drenaje.

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