Andrés, Fayza, Mariana, Elena y María forman parte de la pujante y muy bien preparada generación de bateadores de oro de Navelgas. Son jóvenes, tienen muchas ganas y es una maravilla ver cómo se desenvuelven entre cubos, arena, bateas y, por supuesto, las codiciadas pepitas del dorado metal. A la pregunta de si hay cantera en Navelgas, responden al unísono: "¡Sí, nosotros!".

"Estamos muy contentos, porque crece el número de participación en el sector más joven. Es por lo que realmente trabajamos", explica César Castaño, presidente de la Asociación de Bateadores de Oro "Barciaecus" de Navelgas, que este fin de semana organiza un nuevo Campeonato de España de la modalidad. "Estamos consiguiendo que la gente joven coja afición, y practiquen", añade.

El colectivo ha trabajado este aspecto junto con el colegio de la localidad, el Museo del Oro de Asturias, radicado en este pueblo tinetense, y la federación mundial, con varias pruebas de bateo en las actividades extraescolares. "Los chavales se enganchan, les gusta, y eso nos anima a seguir trabajando", apunta Castaño, que subraya que el cuarenta por ciento de la participación este año en el campeonato son niños.

Navelgas vive durante todo el fin de semana su particular fiebre del oro, en la que los avezados buscadores deben encontrar las minúsculas motas doradas armados con una batea y su habilidad para "lavar" el material. Prima la rapidez, pero también la técnica, la sangre fría y el buen ojo, para que no se escape ni una. Perderlas en el río conlleva penalización.

A pesar de la dificultad, son muchos los que se aventuran a probar suerte. Es el caso del madrileño Rubén Blázquez, que llegó a Navelgas atraído por los programas de televisión sobre buscadores de oro, a los que es aficionado. "Tenía días libres en el trabajo y me planté aquí. "Es mi primera vez. Es difícil. Me he fijado en la gente, y practiqué un poco antes de la prueba. Pero la verdad es que engancha, se lo recomiendo a todo el mundo", asegura, mostrando con orgullo sus cuatro pequeños hallazgos dorados.