El rebaño de dieciséis ovejas de Roberto Álvarez, vecino de Ferreira (Ibias), sufrió de nuevo un ataque del lobo esta semana que se saldó con cinco animales heridos y diez muertos. Las ovejas se encontraban en un prado a 200 metros de las casas, donde durante los meses de verano suelen pasar el día y la noche. El año pasado, el vecino sufrió otro ataque en el que perdió tres cabezas de ganado, lo que le hace plantearse no reponer los animales perdidos y abandonar su cría. "Estamos cansados, me planteo no comprar más porque para que otro día venga el lobo y las mata, no merece la pena, además te pagan una miseria por las pérdidas, los lobos las matan y luego Consejería pone precio a tus animales, cuando para mí alguna de mis ovejas no la vendería ni por 200 euros, porque llevan muchos años con nosotros y le tenía cariño", lamenta.