"Es el mejor día de las fiestas y por eso hay que venir aunque llueva", sentenciaba ayer la naviega Mónica García, cobijada bajo una improvisada tienda de campaña en el pinar de Veiga de Arenas. La lluvia fue ayer la invitada incómoda de la tradicional jira de Navia, aunque los naviegos se negaron a que nadie les aguara la fiesta y tiraron de imaginación para protegerse de las gotas que, a mediodía, se empeñaron en deslucir la jornada.

Es el caso de García y sus amigos, que usaron el plástico que llevaban para sentarse como improvisado toldo. Lo fijaron con los palos que fueron encontrando por el entorno de la playa: "Imaginación al poder", bromeaban. Sombrillas, chubasqueros y hasta unos originales paraguas para colocar en la cabeza con los que ayer triunfaron los vendedores ambulantes. Todo vale para seguir la fiesta. Al final, ganaron los naviegos, pues la lluvia les dio una tregua durante la tarde.

Para Aitor Rodríguez, de la peña Rompiente Clothing, la jira "es el día más esperado del mundo, pues se junta todo Navia aquí, no es una fiesta normal". Por eso, añadió, "la meteorología no importa". Su grupo de amigos acudió por segundo año consecutivo acompañado de un particular tractor-nevera. Este año gastaron casi cien euros en incorporarle equipo de música y algunas mejoras, como una nueva batería.

Pero, para historia, la de Tomás Fernández, que decidió reutilizar un viejo arcón que su abuelo usaba para guardar el pienso de las gallinas en su casa de Villapedre. "Estaba tirado por casa y decidimos arreglarlo y convertirlo en nevera con ruedas", explica.

Desde hace catorce años, la peña "17 del 8" (en alusión a la fecha de la celebración) es habitual de la jira. En el grupo está el malagueño Daniel Pérez, popular por los diez triunfos que suma en la San Silvestre de la villa. No obstante, tiene claro que se queda con la jira antes que con la tradicional carrera de fin de año. Su novia, Aurora García, participó ayer por primera vez en esta celebración y, aunque con frío, se mostró encantada con las fiestas.

Los naviegos no fallan a su cita con Veiga de Arenas, momento para el reencuentro de la familia o los amigos. "Es el día en el que te encuentras con todo el mundo. No es una fiesta normal", explican, para justificar el carácter de la celebración.

Una de las familias que no fallan al evento es la del presidente de la asociación "Amigos del Concierto", Justo García. "La jira es el colofón a unas fiestas patronales que vivimos con intensidad", precisa. La familia García reunió ayer a un numeroso grupo con edades entre 1 y 75 años. Los más madrugadores montaron el chiringuito y los demás -al no ser ayer un día festivo en Navia- se fueron incorporando a lo largo de la jornada. En definitiva, buen ánimo y alegría para cerrar las fiestas de La Barca.