La Coordinadora Ecologista de Asturias y la asociación ecologista Salternavia, junto al colectivo de pescadores AEMS Ríos con Vida, acaban de solicitar a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico el derribo de la presa ubicada en el río Eo, entre las localidades de San Tirso de Abres (Asturias) y Trabada (Lugo). La presa no cuenta ya con ningún aprovechamiento eléctrico, como en su inicio, hace cien años, y su demolición, aseguran los conservacionistas, "supondrá una notable mejoría tanto para la calidad de las aguas como para la calidad del ecosistema fluvial del Eo".

La presa corresponde a una concesión de caudal de seis mil litros por segundo que fue autorizada en abril de 1907, y que está próxima a caducar. Es por ello que ahora se exige que se cancele esa concesión, y se permita una libre circulación de las aguas en este punto del cauce fluvial.

"Hay que recordar que en el Eo existen poblaciones de especies ícticas migradoras, como el sábalo, el salmón atlántico o la lamprea marina, a la vez que es refugio de la escasa anguila. Es decir, la demolición de este obstáculo supondrá una mejora evidente para la fauna ligada al cauce del Eo", apuntan estos grupos en un comunicado. Señalan, además, que la del Eo es una cuenca protegida como lugar de interés comunitario del río, y forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos, Eo y Terras de Burón.

"Los efectos de la extinción concesional y la demolición del obstáculo se sumarían a la extinción de otras concesiones y a la esperada eliminación de varios obstáculos que se han ejecutado en esta cuenca. A estos efectos, recordamos que otra importante concesión, de Enel Greenpower España, fue objeto del respectivo expediente de extinción concesional en el 2011", explican los conservacionistas.

Ponen por último estos colectivos el acento en que el Eo es uno de los ríos que soportan más presión por el uso de sus aguas. Señalan que la explotación hidroeléctrica supone la detracción máxima autorizada de 189 hectómetros cúbicos al año, de un total de 260; y que este tramo cuenta con 30 azudes, de entre dos y diez metros de altura, y un desvío hidroeléctrico, lo que genera perjuicios a la trucha y al salmón.