"¡Válgame nuesa Siñora, Nuesa Siñora me valga! ¡Válgame La Regalina, ya tamién la Gloria Santa, pa pregunai la sou fiesta, de fonda esencia asturiana!". Con estos versos, que tiene grabados a fuego, comenzará recitando José Manuel Fernández el pregón de la fiesta de La Regalina. Será la decimotercera vez que se dirija al público congregado en el campo de La Garita para lanzar las estrofas escritas en la "faliecha valdesana", cargadas de agradecimientos y de peticiones a la Virgen de la Riegla, de asuntos de actualidad y de mucha ironía. En Cadavedo ya está todo preparado para honrar mañana a su patrona siguiendo la tradición que inició, en 1931, el Padre Galo.
El pregón, que, como el propio Fernández reconoce, es la "salsa" de la romería, está rematado desde hace unos cuantos días. "Está escrito en faliecha, cuyo máximo defensor y estudioso fue el Padre Galo. En su preparación dentro de la orden de los oblatos le inculcaron que mantuviese las costumbres de los lugares y las recuperase. El Padre Galo hizo eso aquí", explica José Manuel Fernández. Esa forma de hablar, asegura el pregonero, "es la que pretendemos que continúe viva, si bien no en el uso del día a día, sí para esta ocasión especial".
El pregón es un canto a la fiesta, a la Virgen de la Riegla, al pueblo, a las gentes, "y en un plano irónico, da un repaso a lo que ha ido pasando a nivel mundial, nacional, regional, municipal y, por supuesto, local". No se le escapa nada a Fernández, que hablará de los refugiados, de la dificultad para elegir Gobierno en España, y, en deportes, del Oviedo y del Sporting, por poner algún ejemplo. "Hablaré de temas del pueblo, como la bandera azul para la playa, que aún no tenemos", desvela Fernández, que no quiere adelantar mucho más.
"Emoción, nervios, mucho sentimiento y un recuerdo a los que no están o a aquellos que no pueden venir" son lo que define, dice Fernández, los momentos previos a la gran fiesta, en la que es imprescindible para los lugareños ataviarse con los trajes típicos. La Sociedad Popular La Regalina pone a disposición un ropero con todo tipo de prendas.
Como cada último domingo de agosto, desde que el Padre Galo creara La Regalina, Cadavedo se vestirá con sus mejores galas para celebrar la fiesta que conserva la esencia de la asturanía. Cientos de personas se darán cita para desfilar desde el barrio alto del pueblo hasta la ermita de La Regalina. Por el camino no faltarán las actuaciones folklóricas de música y danza, los bueyes tirando de carros del país engalanados de flores ni los ramos de alfiladas.
Este año, La Regalina contará con dos novedades. Por un lado, la localidad valdesana se hermanará con el pueblo de Posada la Vieja, de Llanes. Será la primera vez que Cadavedo se una de esta forma a otra localidad, una relación que comenzó al enfrentarse los pueblos en un concurso de televisión. Por otro lado, un oblato volverá a decir misa en el día de La Regalina, algo que no sucedía desde que lo hiciera el Padre Galo en los ya lejanos años treinta.
"Vendrán dos oblatos, desde Madrid y Oviedo, a decir misa aquí", explica Fernández, que reconoce que será un momento especial para quienes aprecian la tradición. "Esta orden guarda en su archivo numerosos documentos relacionados con el Padre Galo, y nos ha cedido materiales para el museo de la casa natal. Hay una relación muy buena", señala el pregonero, quien añade que "la orden fue parte importante de su vida y de su preparación".
A las once de la mañana se iniciará el desfile desde La Rapa, acompañado por ocho grupos folclóricos. A las doce y cuarto está previsto el inicio de la lectura del pregón y, a su término, se procederá a la entrega del premio literario "Fernán Coronas" a Inaciu Galán. Después se bailará la Danza Prima y se realizará la ofrenda de los ramos a la Virgen.
Tras la procesión por el campo, el grupo "Jovellanos" bailará el "Corri corri". Seguidamente vendrán la misa, la comida campestre y los bailes tradicionales en el tablao.
