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Satisfacción generalizada en Valdés por el "no" a la central eléctrica de Cueva

"La instalación daría la puntilla al río Esva", aseguran los pescadores ribereños, que también se oponen a la minicentral prevista en Brieves

La resolución del Principado por la que se rechaza la instalación de una minicentral eléctrica por ósmosis en la desembocadura del río Esva, aunque esperada, ha sido recibida con "gran satisfacción" por los sectores sociales del concejo valdesano afectados por su implantación. El proyecto, que contaba con una declaración de impacto ambiental desfavorable, suponía, en palabras de quienes se opusieron desde un primer momento, "un ataque" contra uno de los lugares protegidos y de mayor belleza del concejo: el río Esva y la playa de Cueva.

"Lo teníamos bastante claro desde el principio. Desde el inicio del proceso, en 2013, los vecinos tomaron un posicionamiento y nosotros también, siguiendo los informes técnicos del Ayuntamiento, que eran de rechazo", señala Simón Guardado, alcalde de Valdés, quien recuerda que el punto donde se quería instalar "es una zona protegida. Además, no generaba empleo ni riqueza, aparte de que, ambientalmente, provocaría daños", apunta el regidor, que se muestra "satisfecho" con la decisión del Principado de no conceder permiso a la central.

El resto de los partidos políticos con representación en el Pleno municipal valdesano también se habían manifestado en contra de este proyecto, experimental en un principio.

Los pescadores ribereños del Esva tampoco ocultan su alegría al conocer que la instalación no ha obtenido el visto bueno de las administraciones. "Para nosotros es una gran noticia, estamos muy contentos. Creemos que su construcción iba a influir mucho en las épocas de estiaje del río, que de por sí ya está bajo de agua. El proyecto era colocarla justamente por donde discurre la entrada de los salmones. Sería catastrófico", opina Gil Rico, presidente del club de pesca La Socala. "Su construcción sería dar la puntilla al río Esva", apunta Rico, cuya asociación se mantiene también en lucha contra las minas que se planean para Paredes y la minicentral proyectada en Brieves.

El sector turístico local se manifiesta en la misma línea. "Estamos muy contentos de que finalmente no se construya esa planta por ósmosis en el río. Lo único que hacía era perjudicarlo", afirma Alfredo Blanco, presidente del colectivo de turismo rural Avatur. "Es una zona cercana a la paya de Cueva, muy atractiva, que por el verano recibe a muchos turistas y gente del propio concejo", añade.

Sin embargo, hay voces que discrepan de este sentimiento generalizado. "Hay que estudiar si se trata de una acción favorable o desfavorable. No se puede oponer un pueblo a algo que no se sabe exactamente lo que es. Que diga un técnico qué perjuicios o beneficios puede traer, exigiendo siempre a las empresas que no dañen al entorno y que se ajusten a las leyes", considera Rosario López, dueña de uno de los establecimientos del entorno, que cree que el río "se debería defender en cuanto a hacerle una limpieza, y ver qué se debe hacer para que vuelva la vida, y frenar el furtivismo", manifiesta.

El proyecto previsto en Valdés por la promotora Osmowatio pretendía generar energía eléctrica en una minicentral a partir de la ósmosis. Se conseguiría captando agua dulce del río Esva y agua salada del Cantábrico. El principio de funcionamiento se basaba en el paso del agua dulce a través de una membrana semipermeable y su mezcla con el agua salada. En este punto, se produciría un incremento de presión en el lado del agua del mar, que lograría mover las turbinas de generación de energía eléctrica.

La iniciativa no superó el informe de impacto ambiental requerido por el Principado. En él se señalaba que "en más de 2,5 kilómetros, la vegetación y el propio cauce del Esva se verían afectados en diverso grado", por lo que se decidió rechazarla.

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