La campaña estival del percebe que acaba de terminar no ha salido tan bien como los profesionales del sector esperaban en un principio. Aunque sí que ha servido para aliviar, en parte, su situación económica, las cifras revelan un descenso importante tanto en los kilogramos rulados como en el precio medio que se ha pagado por el producto. Entre los factores que se citan como causa de esta situación se encuentran las mareas pequeñas, que predominaron y dificultaron el acceso a las piedras, y la propia escasez de percebe en las rocas en las que se levantó la veda durante los meses de julio y agosto.
Puerto de Vega es la rula donde más percebe se subasta en la comarca y en el conjunto de la región. En esta lonja vendieron sus percebes los profesionales de todos los planes de explotación del Occidente, excepto Luarca. Este año se despacharon un total de 3.686 kilogramos. Son 3.232 menos que los subastados a lo largo del verano pasado, cuando las capturas alcanzaron los 6.918 kilos. En cifras relativas, se ha registrado un descenso del 47 por ciento. El importe total facturado sufrió, asimismo, un notable recorte, desde los 203.473 euros de 2015 a los 100.294 de este verano. El precio medio por kilogramo también se redujo, pasando de 29,47 a 27,22 euros.
No obstante, en Luarca no sólo no se registró una caída en la cantidad de crustáceo recogido, sino que aumentó sensiblemente, aunque hay que tener en cuenta que también se aumentaron en cuatro los días de pesca, pasando de nueve a 13e. Así, en Luarca se rularon, a lo largo de este verano, un total de 793 kilogramos de percebe, frente a los 758 de la campaña de 2015. El importe total pasó de 16.357 euros a 17.266, mientras que el precio medio se mantuvo en 27 euros por kilogramo.
"Los precios no animaron a los pescadores a dejar de ir al mar y ponerse al percebe, hubo mucho percebe también en Galicia, hubo un buen número de mareas cortas que no dejaron trabajar, y la calidad del percebe era un poco peor", argumenta Marcelino Gión, secretario de la rula de Puerto de Vega, para explicar el descenso en las capturas. Manuel Iglesias, patrón mayor de Luarca, asegura que el sector "no está contento" con esta campaña, "no era del tamaño del año pasado, y las piedras estaban bastante machacadas".
A estos problemas cabe añadir uno más, que también ha influye en la población de percebes: el furtivismo. Los servicios de vigilancia pesquera han detectado e incautado a varios pescadores furtivos que acudían a las costas del Occidente. Su presencia afecta al desarrollo de las poblaciones del crustáceo.
