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Guerra al "botellón" en San Timoteo "para que no sea una fiesta que no queremos"

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Fiestas de San Timoteo en Luarca

"San Timoteo con orden y para todos" y "San Timoteo sin macrobotellón" son los posibles lemas de la campaña que el Ayuntamiento de Valdés pondrá en marcha para que las fiestas patronales de Luarca se desarrollen, en la medida de los posible, sin incidentes como los registrados el pasado 22 de agosto. El alcalde, Simón Guardado (PSOE), indicó ayer que esta campaña se diseñara y se pondrá en marcha "lo antes posible" con el fin de que San Timoteo "no se convierta en una fiesta que Valdés no quiere".

Antes, el gobierno tendrá una reunión con las fuerzas de seguridad. El encuentro de la llamada Junta de Seguridad Local, en la que tienen voz la Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil, además del ejecutivo local, tendrá lugar este mes y tratará estos y otros temas para evitar los conflictos en San Timoteo. "Creo que sí se puede mejorar y debemos trabajar todos en la misma línea", indicó ayer Guardado.

Los incidentes que dejaron las fiestas preocupan al gobierno local, a la cofradía encargada de organizar los festejos y al vecindario de Luarca y parte de Valdés. Durante la verbena del día grande del programa, el pasado 22 de agosto, uno de los componentes de una orquesta resultó herido al lanzarle alguien del público una botella de cristal. La Policía Nacional desplegó agentes antidisturbios para evitar más incidentes. Pese a la presencia policial, hubo denuncias por agresiones y el "macrobotellón" que se organizó en el campo del San Timoteo durante todo el día y parte de la noche no estuvo exento de críticas por parte de los vecinos, defensores de una fiesta más tranquila y cercana a la tradición.

El presidente de la Cofradía de San Timoteo, Antonio Álvarez, rehusó ayer hacer declaraciones sobre los incidentes y las medidas que tiene previsto poner en marcha el gobierno local. Días antes de la romería, Álvarez sí informó de la llegada de varios autocares desde distintos puntos de Asturias. Algunas voces aseguran que ese es el origen del problema: la llegada masiva de personas con grandes cantidades de alcohol para hacer "botellón". A este respecto, el Alcalde asegura que los cambios en una fiesta que en algún momento no era más que un encuentro vecinal para comer, "tienen mucho que ver con lo que está pasando en otros lugares de Asturias. No podemos prohibir la asistencia masiva de personas, pero sí intentar que la fiesta tenga atractivo para todas las edades y gustos", indicó". "Sabemos que estamos ante un gran reto y también que, de momento, no hubo que lamentar desgracias", añadió.

El regidor indicó que la romería de San Timoteo tiene más de cien años y que, por su historia, cada edición es más populosa. Es, además, fiesta de interés turístico regional y una de las celebraciones más destacadas de la programación veraniega del Occidente.

La Cofradía propietaria del campo donde se celebra la romería del 22 de agosto ya intentó "poner orden" hace unos años. En 2014, prohibió la música amplificada y los cenadores. La medida tuvo un éxito relativo porque el campo anexo a la propiedad de la Cofradía de San Timoteo está en manos privadas y allí no hay prohibiciones. Precisamente, es en esta zona donde se acumulan los cenadores y el "botellón".

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