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La Guía Secreta De Asturias

Historias de hierro y molienda

Otilia González es la única vecina de Froseira, en Boal, un pequeño pueblo donde estuvo la ferrería más importante de Asturias en el siglo XVIII

INDICADOR DEL PUEBLO DE FROSEIRA, EN EL CONCEJO DE BOAL. ANA PAZ PAREDES

Para mucha gente el pueblo de Froseira, en el concejo de Boal, es una joya etnográfica porque en él se encuentran los restos de una antigua ferrería, la que mayor producción tenía en Asturias en el siglo XVIII, además de un molino que, hoy en día, sigue produciendo harina de trigo y de maíz. Sin embargo, para otros que han tenido la suerte de conocerla y compartir con ella una mañana de charla y sidra junto a su casa, la auténtica joya de Froseira es su única vecina, Otilia González López, quien, a sus 85 años, es la viva imagen de la simpatía, la generosidad y el don de gentes, además de una persona enamorada de su tierra y de sus raíces. "Desde hace quince años soy la única que vive aquí. Para mí no hay sitio mejor en el mundo. Además, siempre estoy acompañada porque cada dos por tres vienen turistas y charlo mucho con ellos", afirma con una fortaleza y positividad admirables.

Ella, que cuenta con el cariño y la presencia casi constante en Froseira de miembros de su familia, mandó construir hace pocos años una capillina dedicada a la Virgen del Carmen, por la que siente una gran devoción.

A este pueblín encantador ubicado en la vega de Urubio, se llega por la carretera AS-12, después de pasar Doiras y por un desvío y camino asfaltado que está a unos dos kilómetros. También existe una ruta de senderismo que, partiendo de Doiras, lleva hasta Froseira para seguir al pico del Cuco, la Cova del Demo, Puente Urubio y finalmente en el punto de partida: Doiras.

El edificio principal, restaurado, es donde se ubicaba antaño la vieja ferrería que, al parecer, estuvo vinculada desde sus inicios a la casa de Berdín, en Doiras. Funcionó con una enorme producción entre 1751y 1886. Señala el panel informativo que hay a la entrada que el mineral de hierro que llegaba a la ferrería procedía, fundamentalmente, del País Vasco y que llegaba en carros a Froseira desde Porto, en Coaña, donde era desembarcado. De interés resulta también el molino, donde aún hoy Otilia muele maíz y trigo, como ha hecho siempre. Ella, que es el espíritu vivo de la lucha pertinaz por permanecer donde siempre vivió, disfruta mostrando su funcionamiento o bien contando la historia de su pueblo, de la ferrería y de las rutas que por allí cruzan a cuantos se muestran interesados en ello. Y si es tiempo de sidra, incluso te invita a escanciar unos culinos antes de continuar viaje sabiendo que, aunque la piedra importe, es ella lo más importante de Froseira.

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