La avería que dejó sin agua potable a Luarca y su entorno (unos 6.000 vecinos) durante más de un día está reparada. La empresa encargada del mantenimiento del servicio, Aqualia, finalizó ayer a mediodía las obras y restableció el servicio habitual. El agua es potable en todo caso desde el pasado sábado. La empresa había localizado entonces la fuga en una de las tuberías principales, pero el estado del río, con más caudal del habitual, complicó los trabajos.

El gobierno lanzó ayer un mensaje de tranquilidad. Tanto el alcalde, Simón Guardado, como el concejal de Obras, Ricardo García Parrondo, restaron importancia al suceso. "Es algo ocasional", destacó el segundo. En lo que va de año, añadió, "solo se produjo una avería de estas características", añadió.

Pese a este mensaje en Luarca hay quejas. La traída de agua tiene las tuberías antiguas y obsoletas. Son de fibrocemento, un material hoy prohibido para conducir agua, y su vejez se cuenta por décadas. El material que arrastra el río en caso de crecidas y la sequía hacen que las tuberías rompan con más facilidad por el estado que presentan.

El municipio espera por una obra millonaria que está en curso. Este año el gobierno del Principado gastará más de un millón de euros en la primera fase de la sustitución de las tuberías. En 2017, si todo va según lo previsto, Luarca estrenará traída de agua. Mientras tanto, la empresa concesionaria tiene que enfrentarse a este tipo de situaciones. Durante todo el fin de semana un equipo trabajó sin descanso para localizar primero y reparar después la avería. También puso en marcha un bombeo alternativo en Fornes para evitar que 6.000 vecinos de Luarca y su entorno se quedaran sin agua. El viernes por la mañana, el agua no era potable y, por tanto, no apta para el consumo humano. Aqualia empezó pronto a clorar el recurso para minimizar los riesgos de intoxicación. El viernes por la tarde, el agua que salía del grifo tenía turbidez en algunas viviendas, pero estaba ya clorada. No obstante, el Alcalde colgó un bando en el que se aconsejaba no consumir directamente agua del grifo. "Se hizo por precaución", indicó García Parrondo. El sábado a mediodía Aqualia hizo un examen organoléptico para evitar las alarmas y constatar la ausencia de gérmenes en el agua. Según los muestreos realizados, los valores de cloro, turbidez y color estaban dentro de los límites que prevé el Real Decreto 140/2003 relativo a la calidad del agua de consumo humano.

Críticas

En el plano político, las críticas no se han hecho esperar. El portavoz del PP, Carlos Adaucto Iglesias, indicó ayer que el gobierno local "no hace todo lo que puede por mejorar esta situación. Esto es tercermundista". "Al PSOE se le llena la boca con una partida millonaria, pero la obra no avanza y no llegará hasta 2019, si llega", dijo. "Es lamentable que estemos así en el año 2016. Debería existir responsabilidad y compromiso. Además, también pido que el gobierno deje de mentir", concluyó.

El portavoz de los concejales no adscritos, José Modesto Vallejo, indicó: "Todos nos acordaron de los diez millones de euros que se fueron a la potabilizadora de Corvera y no a la traída de Luarca". Vallejo recordó que fue su gobierno (2011-2013) el que habilitó el bombeo alternativo de Fornes para disponer de suministro en caso de cortes aunque no fuera potable. En cuanto a las obras de renovación de la traída, considera que "somos el único concejo de Asturias que tiene el agua en estas condiciones".

Al portavoz de URAS, Balbino Suárez, le parece que "Luarca no importa a nadie. Necesita ya una traída nueva. La obra va muy lenta", destacó. Necesitamos agilidad, ¿qué concejo de Asturias tiene este problema? Ninguno". Suárez añadió que la obra no se está haciendo como se debería: "Debería empezar desde la 'copa' de Villar, donde surgen los problemas, no desde la Capitana en dirección a la captación de Paladeperre".