El yacimiento de arcillas y arenas que la empresa Minerales Industriales del Cantábrico SL pretende establecer en Barcia (Valdés) tendrá un impacto "moderado" y "temporal" sobre el entorno, que desaparecerá una vez finalice la actividad minera. Así se recoge en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que desde ayer se somete a información pública.

La instalación, que espera poder producir 182.000 toneladas de material al año, no afectará a ríos ni acuíferos, no añadirá polvo ni ruido al entorno cercano, y "no causará trastornos en el ecosistema", según se recoge en el documento presentado por la firma promotora.

Minerales Industriales del Cantábrico pretende levantar su cantera en la finca denominada "Los Praducos", dentro del monte de Pedreros, en Barcia. Los terrenos se sitúan entre la nacional 634 y la Autovía del Cantábrico. La explotación, que se realizará en diferentes fases, ocupará una superficie total de 159.200 metros cuadrados.

El documento presentado por la empresa especifica que "la explotación consiste en el arranque por escarificado de la arcilla, utilizando para ello un sistema de arranque con retroexcavadora".

El material, una vez extraído, se cargaría directamente en volquetes, para pasar a la zona de pesado. Siempre se trabajaría dentro del horario diurno, se detalla.

En cuanto a los impactos sobre el entorno, la promotora señala que serán nulos sobre las aguas. "La futura explotación no cortará cauces permanentes; además, las labores se desarrollarán en terrenos impermeables, por lo que la afección a los acuíferos será nula", explica. Asimismo, la calidad del aire no se verá afectada, y tampoco se producirá un aumento significativo de los ruidos.

La compañía minera reconoce que sí habrá una modificación "inevitable" del paisaje, pero señala que, debido al suave relieve del entorno, "se reduce el impacto visual a las zonas elevadas del entorno". La memoria incluye un proyecto de restauración del yacimiento, a ejecutar cuando se agoten los recursos explotados.

La empresa niega, igualmente, que se vayan a producir efectos negativos en los edificios históricos y las cuevas prehistóricas cercanos al emplazamiento. Por el contrario, augura un impacto positivo en el medio social, puesto que se planea crear hasta nueve puestos de trabajo directos y 36 indirectos durante el tiempo que se mantenga en funcionamiento la cantera.

La parroquia de Barcia y Leiján ve con buenos ojos el desarrollo de esta cantera. De hecho, la entidad menor ha negociado la cesión de los terrenos sobre los que se asentará la industria y percibirá beneficios económicos durante los quince años de vida que se estima tendrá la explotación. "MIC ha negociado con la parroquia de Barcia y Leiján, y considera que el acuerdo alcanzado permite un aprovechamiento racional y económicamente viable del recurso existente en Barcia, dada la situación urbanística de la zona", señala el documento.