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Vegadeo compra por 4.806 euros el viejo calero de La Sorpresa para rehabilitarlo

El Ayuntamiento quiere convertir el antiguo horno del siglo XIX en un símbolo local una vez restaurado y, de paso, mejorar los accesos a la villa

Restos del antiguo calero de La Sorpresa, en Vegadeo. T.C.

La fábrica de cal La Sorpresa entró a formar parte en 2015 del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias y, desde hace unos días, es propiedad del Ayuntamiento de Vegadeo. El equipo de gobierno quiere recuperar este antiguo horno de cal o caleiro como símbolo del patrimonio industrial del concejo y, de paso, embellecer la principal entrada a la capital del concejo desde Asturias.

El consistorio acaba de adquirir en subasta pública la finca denominada El Calero, que tiene una extensión de 806 metros cuadrados y en cuyo interior se ubica este horno de cal. La operación ha supuesto para las arcas públicas un desembolso de 4.806,14 euros.

El edil de Cultura, Abel Pérez, explica que esta compra atiende a un doble objetivo: la recuperación de elementos patrimoniales y la mejora de los accesos a la localidad. La recuperación de este espacio conectaría además con dos proyectos previstos para mejorar el entorno como es el plan de recuperación de la Marisma, que depende del gobierno central, y el paseo al muelle, que está pendiente de lograr financiación.

Considera el responsable de Cultura que, por su ubicación, justo a la entrada y pegado a la nacional 640, el caleiro podría convertirse en un símbolo de Vegadeo, pues además es una edificación muy ligada a la extensa actividad industrial que durante décadas se desarrolló en la zona. "El Ayuntamiento tiene muy poco patrimonio y hay muchos elementos que, como este, están en manos privadas y en completo estado de abandono. En la medida de lo posible hay que trabajar para adquirirlos y restaurarlos", apunta el edil.

Pérez indica que el primer paso, una vez escriturada la propiedad a nombre del consistorio, será instar a la empresa que actualmente usa el terreno como almacén a que limpie y retire de la finca municipal sus pertenencias. Aunque el horno propiamente dicho se encuentra en un estado "aceptable", tal y como figura en la ficha de Patrimonio, tiene adosadas una serie de edificaciones que nada tienen que ver con la construcción original.

La fábrica de cal La Sorpresa se construyó a finales del siglo XIX, en un punto estratégico que permitía la salida por mar del producto final. Según figura en la documentación de Patrimonio fue el horno más importante, por producción y funcionamiento a lo largo del tiempo, de los caleros industriales ubicados en la cuenca del Eo. Estuvo operativo hasta 1960.

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