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El consultorio occidental

La prueba del VIH en las farmacias, una garantía de confidencialidad y anonimato

"Se trata de una pequeña punción en un dedo y el resultado lo tenemos en media hora", asegura la farmacéutica naviega Nuria Campoamor

Nuria Campoamor, con una prueba del VIH en su farmacia. G. GARCÍA

Una gota de sangre, un test y media hora de espera. Es lo que se precisa para realizar la prueba rápida del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) en la farmacia naviega de Silvia y Nuria Campoamor Suárez, la seleccionada en el área sanitaria I para desarrollar un novedoso programa que lleva en marcha apenas dos semanas. El acceso a la prueba del sida en las farmacias, aseguran los responsables, favorece su anonimato y confidencialidad, a la vez que brinda una herramienta clave para frenar el contagio de la enfermedad.

Salud Pública y el Colegio de Farmacéuticos pusieron en marcha estas pruebas rápidas en farmacias el pasado mes de septiembre. Nuria Campoamor comenzó a practicarlas hace dos semanas. "Puede venir cualquier persona mayor de 16 años. Es totalmente anónima y confidencial. Cuesta seis euros, y consiste en una pequeña punción en un dedo. El resultado lo tendremos en veinte o treinta minutos", explica la farmacéutica.

Para lograr una mayor precisión en la prueba, Campoamor aconseja acudir a los tres meses de realizar la práctica de riesgo, aunque es cierto que se puede diagnosticar a partir de las tres semanas. "Hay que darle un tiempo", aconseja la profesional, que señala que es preciso solicitar cita previa en el establecimiento.

En caso de dar positivo en VIH, se necesitará una segunda comprobación, ya que "no es algo definitivo". El paciente pasaría entonces al Hospital de Jarrio, donde un médico revisaría los resultados y repetiría los análisis. "Es raro que haya falsos positivos, pero puede darse el caso", señala Nuria Campoamor.

Además, en la farmacia aconsejan sobre dónde lograr apoyo psicológico, y sobre las prácticas adecuadas para evitar el contagio. "También recomendamos hacerse las pruebas para otras enfermedades de transmisión sexual", matiza la responsable del análisis.

"Es una muy buena idea. Ofrece una confidencialidad que no la ofrecen los centro de salud u hospitales. Cualquier persona puede acudir sin temor alguno, con total anonimato, si siente que ha pasado por una práctica de riesgo", considera la farmacéutica, quien añade que el temor a estar infectado por el virus es "más común de lo que se pueda pensar; cualquier persona puede estar en riesgo", asegura.

A pesar de la puesta en marcha de este programa en las farmacias asturianas, las pruebas convencionales se seguirán realizando de forma gratuita en hospitales y centros de Atención Primaria como hasta la fecha.

Los controles son básicos para despejar dudas y poner coto al virus, ya que se calcula que entre un veinte y un treinta por ciento de las personas seropositivas en España desconocen ser portadoras del VIH.

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