Las negociaciones para dotar de una sede definitiva al Museo del Calamar Gigante de Luarcaa se retoman mañana, con el encuentro a tres bandas entre la Consejería de Infraestructuras, el Ayuntamiento de Valdés y la Coordinadora para la Conservación y Estudio de las Especies Marinas (CEPESMA). De la cita, que llega con semanas de retraso sobre lo planteado inicialmente, se espera que salga una decisión sobre dónde ubicar el equipamiento, cerrado desde los temporales que arrasaron su sede en el puerto luarqués en febrero de 2014.

Los implicados en la toma de decisiones no han querido desvelar, hasta el momento, cuáles son las alternativas que se barajan para ubicar la colección. Lo que sí es conocido es que existen dos opciones de futuro para la muestra: un destino definitivo, que no requiera una gran actuación y pueda estar operativo en un plazo corto de tiempo, o una solución a más largo plazo, que obligaría a buscar, mientras tanto, una sede temporal para alojar los calamares gigantes. La elección, aseguraron las partes implicadas, se basará en diversos criterios, como presupuesto, accesibilidad y proyección de futuro.

Lo que es seguro, a tenor del compromiso del Principado, es que los trámites comenzarán de forma inmediata una vez se decida qué opción es la más conveniente. Belén Fernández, consejera de Infraestructuras, prometió el pasado mes de julio que este proyecto contaría con una partida presupuestaria en el próximo ejercicio.

"En esta reunión esperamos que suceda lo que había quedado pendiente de la anterior: en este encuentro las tres partes se tienen que decidir", asegura, con aplomo, Tino Ron, representante del Comité Ciudadano de apoyo al Museo del Calamar Gigante de Luarca, que actúa en este proceso en calidad de "observador".

"Esperamos que tomen la decisión definitiva de qué proyecto se acomete. Entendemos que haya podido haber problemas de agenda, y que no se haya encontrado un hueco antes para que se produzca la reunión, pero lo que nos gustaría es que se tome una decisión cuanto antes para que empiece a desarrollarse el proceso", argumenta Ron, en relación al retraso que se ha producido.

El comité considera que, en caso de ser necesaria una sede transitoria, el Museo debería reabrir de forma inminente. "Creemos que cada día que el museo está sin operar, sin estar abierto, es un día que se pierde, es un paso más que se da hacia el olvido de este proyecto. Nosotros no estamos dispuestos a que eso suceda, vamos a pelear hasta el final porque las cosas se solucionen; que vayan seguras, pero a velocidad de crucero", afirma Tino Ron.

Por último, este grupo de ciudadanos preocupados por el futuro del Museo del Calamar Gigante realiza un llamamiento para que "las tres partes se apliquen a fondo y puedan dar toda la celeridad que sea posible a este proyecto".