La parroquia tinetense de Brañalonga sufrió el lunes un nuevo ataque del lobo sobre sus ganaderías, el quinto en los últimos tres meses. De nuevo la presa fue una ternera que estaba en el pasto, perteneciente a la ganadería de leche de Antonio Francos y Esperanza Borra, del pueblo de Faedo. El rebaño de novillas se encontraba en una finca de la localidad vecina, Cezures, y el ataque se produjo sobre las nueve de la noche del lunes.

"Una vecina que tiene la casa al lado nos llamó para alertarnos de que nuestras xatas estaban bramando de una forma que asustaba, así que fuimos hasta allí", explica Esperanza Borra. Cuando alumbraron el prado con un foco descubrieron que uno de los animales, aún vivo, "tenía comidas una pata y hasta las costillas, y no paraba de quejarse". Al final, la novilla no pudo sobrevivir y su dueña asegura que "es una impotencia ver sufrir así a un animal" y se pregunta "si este es el bienestar animal que defienden en la Consejería".

Los continuos ataques que está sufriendo la parroquia de Brañalonga tiene en alerta a todos sus vecinos, que exigen que se tomen medidas para que los pastos de los pueblos vuelvan a ser seguros, porque de no ser así temen perder una de las formas más importantes de alimentar a su ganado.