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FRANCISCO PRIETO | Autor, director y actor de teatro, estrena obra en Puerto de Vega

"Se le está dando demasiada importancia al teatro de boina y fesoria"

"Mantener un festival de la envergadura que tiene el de Puerto de Vega es de ovación y vuelta al ruedo"

Francisco Prieto. JULIÁN RUS

El dramaturgo Francisco Prieto, nacido en León pero ovetense de corazón al cabo de 37 años residiendo en la región, estrena mañana en Puerto de Vega la obra "Sade, la última función". Lo hace con el grupo "Odisea", dentro del cual, además de escribir, hace las funciones de director y hasta tiene un pequeño papel sobre las tablas. Con una dilatada trayectoria dentro del teatro aficionado asturiano, Prieto alaba el historial, el empuje y el sacrificio de mantener, en la localidad del Occidente, el certamen "David Miguel", que verá el estreno de su creación. La representación se desarrollará en el teatro casino de Puerto de Vega, a partir de las ocho y media de la tarde.

-La obra que presenta se titula "Sade, la última función". ¿Cuál es su temática?

-"Sade, la última función" quiere ser, entre otras cosas, una reflexión sobre ese mundo del teatro que muchas veces nos pasa desapercibido. Tantas actrices y actores que llegan a una edad avanzada y terminan, en el mejor de los casos, en una residencia o un asilo, cuando no en un piso miserable, y rodeados de suciedad. Lo que serían las viejas glorias olvidadas. En este caso, se trata de una compañía provinciana, que todavía subsiste, llena de veteranos que rinden un homenaje a su primer actor y director, y a su vez un homenaje a sí mismos. Por eso deciden montar una obra de teatro para ellos mismos. Eligen "Oxtiern o las desdichas del libertinaje", que así se situla la obra de Sade que quieren poner en escena. Esta obra, en su día, causó un gran escándalo cuando se estrenó en París y, por cierto, no está estrenada en España. Allí, al día siguiente del estreno se organizó un escándalo tremendo y la prohibieron.

-Es una obra con referencias a otra, entonces...

-Sí, es teatro dentro del teatro, con referencias al teatro de la crueldad de Artaud, el efecto de distanciamiento de Bertold Brecht y un pequeño homenaje, en unas breves escenas, ya que es el centenario, a Cervantes y a Shakespeare. El final no lo puedo contar.

-Estrena este sábado. ¿Qué siente en las horas previas?

-Siempre se siente mucho nerviosismo, pero, a la vez, mucha ilusión. Además, después de casi diez años sin haber estrenado nada, es una sensación especial. A pesar de llevar toda mi vida en el teatro aficionado, siempre hay nervios.

-Lo hará dentro del certamen "David Miguel". ¿Qué opina de la iniciativa?

-Quiero hacer hincapié en que me parece fenomenal la iniciativa de este grupo de Puerto de Vega. Ya es el cuarto certamen que organizan de forma continuada y tiene muchísimo mérito. Son todo elogios para ellos. Estando como está el teatro hoy en día, que se atrevan a organizar un festival de esta envergadura, con once grupos invitados, y que hayan logrado mantenerlo durante cuatro años, me parece de ovación y vuelta al ruedo.

-¿Cómo ve al teatro aficionado en la región? ¿Ha sufrido mucho con la crisis?

-La crisis es algo que influye para todo. Del teatro que se hace en Asturias, y sin ánimo de crítica ninguno, creo que se le está dando demasiada importancia o relevancia al teatro de boina y fesoria. Con todo el respeto, se está focalizando en este tipo de temas excesivamente, y se está abandonando el teatro de autores de fuera de Asturias. Es un teatro que no tiene la enjundia de lo que un teatro asturiano debería tener. Siempre es eso: fresoria, boina, madreñas, y no pasa de ahí.

-¿Se debería, por tanto, innovar en la temática?

-Sí, efectivamente. Un teatro asturiano diferente puede hacerse, que no sea siempre el típico sainete de chascarrillo. Hay temas en la región más profundos que tratar.

-En cuanto a la afición al teatro, ¿goza de buena salud?

-Yo creo que sí. Buena prueba de ello es la multitud de grupos aficionados que hay. Así que suenen, más de veinte, más una larga serie de grupos pequeños, que quizás no aparecen en los carteles pero que realizan una gran labor. En ese sentido, creo que el teatro aficionado asturiano tiene una buena salud.

-¿Sigue escribiendo obras o, por el momento, prefiere centrarse en la que está a punto de presentar?

-Ahora mismo estamos trabajando con esta. Ya veremos cómo funciona en el estreno, y si para el año que viene retomo la escritura. Por otra parte, me hace mucha ilusión que este estreno sea precisamente en Puerto de Vega para este festival, porque se merecen un gran aplauso.

-¿Qué diría que es lo que le ha enganchado a usted del teatro?

-Para mí es algo casi congénito. Yo viví desde que nací frente al teatro Emperador, en León. Un teatro precioso, que es una pena que lleve abandonado tantos años. Ahora León no tiene un solo teatro. Pues durante años viví enfrente. Mis padres tenían un restaurante y todos los actores, actrices, iban allí a comer y cenar. Tuve una relación constante con este mundo desde niño, de llevarles incluso un café a actores o actrices de fama a los camerinos. Lo he mamado desde bien pequeño, no ha sido, por tanto, una vocación tardía. Estudié en Salamanca y allí comencé con mis pinitos, pero más en serio fue precisamente aquí en Oviedo.

-Esa pasión le ha servido para lograr varios éxitos en su carrera dentro del teatro.

-Sí, es cierto. Varias obras mías han recibido reconocimientos. Me presenté a un concurso convocado por el Ayuntamiento de Mieres y gané, con una obra titulada "Cadenas y castañuelas". Posteriormente, escribí una obra sobre el general Riego para "Teatro Margen", y logré el premio "Soto Torres" de Langreo con otra obra basada en los personajes de "La Regenta". Tras pasar por un grupo de recitales, "Verso Libre", surgió la oportunidad de unirme a "Odisea", con la que ahora estreno.

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