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La futura ubicación del Museo del Calamar Gigante divide a los valdesanos

Unos se muestran partidarios de mantener el centro en el muelle nuevo de Luarca y otros de llevarlo a Villar, al haber aparcamiento y zonas verdes

La futura ubicación del Museo del Calamar Gigante divide a los valdesanos

"Costó mucho trabajo. No podíamos renunciar a él". Las palabras de Lidia Rodríguez resumen el sentir de los valdesanos, que estos días reciben con esperanza la futura reapertura el Museo del Calamar Gigante de Luarca. El centro se cerró de forma temporal en febrero de 2014 tras los destrozos que dejaron las marejadas. El Principado apuesta ahora por reconstruir el museo ubicado en el muelle nuevo o construir uno nuevo en Villar, cerca del instituto de enseñanza secundaria.

Ambas opciones están sobre la mesa hasta que se determine cuál es el impacto del mar en la zona donde se inauguró en 2009 el reconocido Museo del Calamar Gigante. El debate sobre una u otra ubicación está en la calle. Una parte de las personas consultadas, como es el caso de Lidia Rodríguez, apuestan por recuperar el centro museístico de muelle nuevo, pero con garantías "reales" para evitar destrozos a causa de los envites del mar.

Carlos Salazar fue fundador de la Coordinadora para el Estudio de las Especias Marinas (propietaria de parte de los grandes cefalópodos que se exhibían en el museo) y cree que la mejor opción es reconstruir las instalaciones en el lugar donde se encontraban. "Tendría más visitas y más eco porque mucha gente que visita Luarca se encuentra con él sin buscarlo", indica. "Además, en caso de cerrarlo se perdería mucho dinero público", añade.

La misma opinión tiene el presidente de la Federación de Empresarios de Valdés, Iván Pérez. "No podemos dejar a Luarca sin atractivos. Si tenemos todos los servicios básicos en Villar, es hora de apostar por la villa, al menos en el plano turístico", indica. Pérez se muestra en todo caso cauto con respecto al proyecto. "Hay que ser escépticos hasta que el presupuesto esté consignado", señala. Efectivamente, hay plazos de reapertura (2018 en caso de reconstruir el antiguo museo y 2019 en caso de levantar un edificio nuevo en Villar), pero no inversiones concretas. Al margen de esto, muchos opinan que el compromiso hecho público el pasado jueves por el Alcalde, Simón Guardado parece "firme". "Llevábamos mucho tiempo esperando una noticia así y estamos muy satisfechos. Esperamos que se cumpla lo prometido", opina el cronista oficial de Valdés, Juan Antonio Martínez, quien señala que siempre será mejor "mantener el cerca del mar, por la simbología".

La presidenta de Asociación de Amigos del Camino de Santiago Valdés-Luarca, Mari Rico, ve con buenos ojos el proyecto de reapertura, pero cree que la ubicación perfecta es Villar. "Desde allí se ve Luarca, se accede a la capilla de La Atalaya y a la Mesa de los Mareantes. Y Luarca siempre se visita, sí o sí", indica. Además, señala que hay más zona de aparcamiento y que reconstruir el museo antiguo, "supone más dinero, algo a tener en cuenta".

El luarqués Ramón Jesús Suárez asegura que es la apuesta es "excelente". "Lo que hay que hacer es conservar lo mucho o poco que tenemos, al margen de la ubicación", indica. Además, añade que el Museo del Calamar Gigante es un "referente mundial, no local ni regional". "No hay una colección igual en el mundo", añade. Y en el ámbito más científico, el biólogo marino del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Ángel Guerra, cree que es "muy positivo" la reapertura del Museo del Calamar Gigante. "Luarca no puede perder esta marca", señala. Con respecto a la ubicación asegura, como científico, que "del mar es mejor no fiarse". "Me gusta una ubicación como Villar porque es más accesible, tiene zonas verdes y permite una futura ampliación", explica. Guerra añade que para la comunidad científica "es muy importante la divulgación de los avances científicos, algo que se hace en Luarca con las necropsias de los calamares gigantes y su posterior exhibición desde 1999 que yo sepa".

La colección de grandes cefalópodos se muestra en la actualidad en el Parque de la Vida, unas instalaciones que son propiedad del alma máter del Museo y de la Cepesma, Luis Laria. Se mostrarán allí 11 grandes cefalópodos (seis de Cepesma y cinco de su propiedad) hasta que se abra de nuevo el Museo del Calamar Gigante. Ha renunciado a recibir ayudas a cambio.

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