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DELIA PEÑACOBA | Directora de Gestión de Cuidados y Enfermería del área sanitaria I

"Vivimos en una sociedad que tiene miedo a sentir, a pasar por el dolor"

"Sentirse bien con uno mismo y ser optimista favorece la recuperación en un proceso de enfermedad, está demostrado"

Delia Peñacoba, en Jarrio. G.G.

Las emociones y su correcto manejo centran la temática de la tercera Semana Saludable del Noroccidente, coordinada por el área sanitaria I. Delia Peñacoba, directora de Gestión de Cuidados y Enfermería, destaca la importancia de las emociones en el bienestar de la sociedad y en los procesos de curación.

-¿Por qué se ha elegido la salud emocional para esta iniciativa?

-Cuando, hace tres años, nos planteamos implantar una semana al año para concienciar a la población de promover la salud y el bienestar, lo iniciamos con la alimentación. El pasado año estuvo centrada en el ejercicio físico. Cuando se habla de promover la salud de las personas, el tercer pilar es el apartado emocional. Las personas somos seres emocionales y sociales. Es importante fomentar estos aspectos porque repercuten en nuestra salud.

-¿Felicidad y salud van de la mano?

-El hecho de sentirse bien con uno mismo, de ser optimista, hace que en un proceso de enfermedad se favorezca su recuperación temprana. Es un hecho evidenciado de forma científica. Las emociones se encuentran dentro del sistema más primitivo de nuestro cerebro. Nuestro cuerpo responde liberando determinadas sustancias cuando estamos en un buen estado emocional, como es el caso de las endorfinas, que actúan en determinados órganos haciendo que funcionen mejor. Cuando llega el estrés, actúa el cortisol, una hormona que puede afectar negativamente a los vasos sanguíneos o bloquear el sistema inmunitario. Se produce una respuesta fisiológica a estas emociones, que afecta a la salud.

-¿Hay demasiado estrés en la sociedad actual?

-El estrés, de por sí, no es malo. Un poco de estrés es positivo, ya que activa al organismo para una determinada actuación. El estrés mantenido o crónico, lo que sufren las sociedades modernas, es el que nos dará problemas de salud. Las sustancias que se liberan al torrente sanguíneo en esos procesos acaban dañando los órganos del cuerpo.

-Contra estos malos sentimientos se utilizan fármacos...

-Sí, se usan fármacos, pero también alcohol u otro tipo de drogas. El cerebro, en esos momentos, pide algo que le haga sentir bien, un poco de placer. Estamos en un proceso de medicalización de la vida cotidiana, de episodios que nos pasan, como suspender un examen, una ruptura sentimental, la pérdida de un ser querido... Es normal sentirse triste en estas situaciones, pero hay que tener herramientas para gestionar esos momentos. A veces una pastilla puede ser necesaria e importante, pero como algo aislado, no mantenido, porque se medicaliza la situación. Vivimos en una sociedad que tiene miedo a sentir. Lo ideal es estar siempre bien, no sentir dolor en ningún momento. Es una gran presión. Un ejemplo son las mujeres, que están mucho más medicalizadas por depresión que los hombres; siempre se les ha exigido mucho, se les ha pedido poder con todo. No es que, por naturaleza, sean más depresivas. Las circunstancias les llevan a esta situación.

-¿Por qué es importante saber manejar las emociones?

-No hay emociones buenas o malas. Hay que darles cabida y observarlas todas. Nos interesa más estar optimistas, porque nos hace sentir mejor, pero si aparece la tristeza no se puede rechazar. Hay que aceptarla, y hacer lo posible para salir de esta situación de tristeza. Por otro lado, las relaciones sociales son muy importantes; y nos encontramos con el problema de la soledad. Hay una situación de desconexión total. Vivimos en el mundo de las nuevas tecnologías, hiperconectados, y hay mucha soledad. Hay, además, una angustia por no estar conectado. Hay que cuidar las relaciones personales, el contacto directo entre las personas.

-El control de las emociones, ¿también afecta a los profesionales sanitarios?

-El trabajo emocional es algo que tienes que hacer contigo mismo antes que tratar a los demás. Si no sabes gestionar tus emociones, no puedes empatizar con la persona que estás tratando. La palabra, el buen trato, también curan, ayudan a las personas a sanar. Todo empieza por escuchar a alguien de verdad, y ya comienza a crearse un proceso terapéutico. Mucha de la gente acude al sistema sanitario sólo a que la escuchen; por eso es importante crear actividades sociales y de ocio, para que no se tenga que acudir al centro de salud a socializar.

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