Benito Aláez, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, se presentó ayer en el instituto Elisa y Luis Villamil dispuesto a estimular a los jóvenes respecto de su participación social y la importancia de que conozcan y ejerzan sus derechos como ciudadanos. Eso sí, les advirtió de las limitaciones: "Que tengáis derechos no quiere decir que no tengáis deberes, y esos deberes limitan vuestros derechos". Su intervención, plagada de ejemplos y guiños a la edad de su público, cerró las actividades del octavo Foro Comunicación y Escuela, que se clausurará el 17 de noviembre.

Aláez explicó que en los últimos 25 años se ha pasado de ver a los jóvenes como objeto de protección a verles también como titulares de derechos. Sin embargo, reconoció carencias del sistema de cara a reconocer a los menores como ciudadanos activos y por eso les animó a hacerse oír: "Ejerced los derechos dentro de los límites que os imponen los deberes y así demostraréis a quienes tenemos potestad para ampliar vuestro margen de participación que merecéis la plena capacitación para participar como ciudadanos".

En materia de participación se refirió Aláez a la edad fijada en España para votar, que se sitúa en 18 años porque así lo establece la Ley electoral: "Más allá de la inercia histórica, no hay muy buenas razones para que no podáis votar", añadió. Mientras no se afronte este debate, precisó Aláez, las vías de participación más habituales para los menores de edad vienen de la mano del programa Ciudades Amigas de la Infancia de Unicef.

Su exposición estuvo plagada de ejemplos y anécdotas que permitieron a los estudiantes de tercero y cuarto de Educación Secundaria seguir sin problemas su discurso. Les recordó, por ejemplo, que tienen el deber de obedecer a sus padres, pero que "portarse bien no quiere decir renunciar a ciertos derechos", como el de su propia imagen. Sobre este asunto consideró que los uniformes escolares son ilegales: "Despersonalizan al individuo e implican que no pueda configurar su imagen exterior como le gusta".

Otro asunto que generó interés en los estudiantes fue el derecho a la intimidad. Dijo Aláez que los padres deben tener una buena razón para intervenir en la privacidad de los pequeños. En este sentido, les explicó que, con carácter general, a los mayores de 16 años los médicos deben pedirles a ellos el consentimiento.