Un grupo de vecinos de la parroquia canguesa de Carballo (en la foto) se reunió ayer para rezar juntos en la escombrera a la que, según denuncian, tiraron los restos de sus antepasados. Los organizadores cifran en unas setenta personas de los cuatro pueblos de la parroquia los asistentes a la peculiar misa de Difuntos. Están enfrentados al párroco porque "autorizó el traslado de los restos óseos y las obras en el cementerio. Rezamos solos, sin el cura, porque no creemos que sea la persona idónea para acompañarnos", dijo Benigno Acero. El párroco celebró misa el sábado escoltado por la Guardia Civil, según los vecinos, informa A. M. S.