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Diálogos occidentales | RICARDO GARCÍA PARRONDO | Presidente de la parroquia de Barcia y Leiján

"Estamos muy confundidos si creemos que Valdés vivirá del turismo"

"Las propiedades de Barcia y Leiján las debe administrar la parroquia, no los vecinos de pueblos colindantes; tenemos competencias para gestionar los recursos"

Ricardo García Parrondo. A. M. SERRANO

El presidente de la parroquia rural de Barcia y Leiján (Valdés), Ricardo García Parrondo, se enfrenta a uno de los momentos más tensos desde su elección en el cargo, hace nueve años. La parroquia menor valdesana acordó con una empresa explotar los áridos de parte de los terrenos comunales, pero el proyecto presentado por la compañía minera "no tiene nada que ver con lo que hablamos". Dice García Parrondo que defenderá los intereses de los vecinos por encima del interés económico de la parroquia. "Ellos tendrán la última palabra".

-¿Está de acuerdo o no con el yacimiento de arcillas y arenas que la empresa Minerales Industriales del Cantábrico pretende explotar en Barcia?

-El anteproyecto que esta junta apoyó no se corresponde con el proyecto actual. En este sentido, claro que no estamos de acuerdo. La empresa no tiene en cuenta el pozo de abastecimiento de agua ni la red de distribución ni tampoco se hace mención de la tubería de gas que cruza la parcela. Además, la restauración que propone no nos convence en absoluto.

-¿Tanto han cambiado las cosas sobre el papel?

-Creemos que este proyecto tiene deficiencias y que la empresa no cumplió con la parroquia. Es decir, Barcia contaba con otra cosa. Ahora bien, el empresario tiene derecho a presentar el proyecto que quiera, al margen de que nosotros consideremos que no está bien redactado o que no cumple con los compromisos ambientales. Yo creo que sería preocupante que la cantera, tal y como está proyectada, se materialice.

-La parroquia se embolsaría seis millones de euros en un período de 15 años.

-Sí. Esa era la previsión. La parroquia tiene el derecho y el deber de explotar los recursos que tiene. Cuando la empresa se puso en contacto con nosotros hablamos de unos condicionantes que ahora vemos que no tuvo en cuenta. Sin más. Por eso desconfiamos un poco todos. Al margen de lo que podría suponer económicamente la cantera, no se cumple con lo prometido y no hay garantías.

-Ha vetado la entrada a las reuniones que tratan sobre la cantera a vecinos que no son de Barcia, ¿Por qué?

-Yo creo que las propiedades de Barcia y Leiján las tiene que administrar la parroquia, no los vecinos de los pueblos colindantes. Mucha gente desconoce que esto es una entidad menor, independiente e inframunicipal. Tiene competencias para gestionar sus recursos y, en este sentido, no pueden decidir si futuro los habitantes de otras zonas del concejo. Eso sí, si se pone en marcha un proyecto con afección ambiental, las cosas cambian en el sentido de que la empresa tiene que cumplir la ley. Pero la parroquia tiene propiedades y las gestiona como quiere. En Barcia decidimos que los montes fueran de utilidad pública y para la parroquia hace muchos años. En otros lugares, se dividieron las parcelas y cada uno tiene su propiedad. Es decir, estos montes pertenecen al pueblo y es el pueblo el que decide qué hacer con ellos, no un vecino ni dos.

-La Asociación de Turismo Rural de Valdés (Avatur) se pronunció en contra de la cantera porque podría dañar los intereses turísticos del concejo.

-Estamos muy confundidos si pensamos que cualquier iniciativa industrial resta; y estamos muy confundidos si creemos que Valdés vivirá solo del turismo. Avatur se confunde cuando dice que por la carretera pasarán 50 camiones diarios. Por esa carretera pasan 3.000 vehículos al día. ¿Tanto suponen 50 más? Además, dicen que no se crea empleo. ¿Los camiones se conducen solos? ¿quién los carga? ¿son vehículos que no consumen combustible? Todo ese consumo también es riqueza para el pueblo y para el concejo. Insisto, si Valdés piensa que va a vivir del turismo rural, mal vamos. Este concejo no es un parque natural. Aquí se protestó porque se iba a instalar una planta de cultivo de mejillones. Ahora anuncian el mismo proyecto en Lastres, una zona que nos lleva algo de ventaja turística, y nadie protesta. Algunos podrían ir hasta allí y aprender.

-La mejillonera no contaba con el apoyo de los pescadores. En caso de que el pueblo diga rotundamente que no a la cantera, ¿qué hará la parroquia?

-De momento hemos decido hacer las alegaciones oportunas. No sé si la empresa seguirá interesada en explotar este recurso. Una vez que se contesten las alegaciones y se formalice un proyecto, volveremos a reunir al pueblo y decidiremos.

-¿Hay división entre los vecinos?

-No de momento. A la última reunión acudieron 100 personas (en Barcia viven unas 600) y todos apoyaron las alegaciones. Estamos es esa fase. En todo caso, la junta de la parroquia rural se debe a los vecinos que representa y atenderá sus intereses. No podemos hacer otra cosa.

-¿Hay planes alternativos para estas parcelas?

-Por ahora, no. Vamos a esperar. Se trata de muchos millones de beneficio con los que se podrían hacer numerosas cosas para mejorar la parroquia.

-¿Cómo qué?

-Continuar con la senda costera, rehabilitar los molinos y el cementerio musulmán... son sólo ejemplos.

-Es un fiel defensor de las parroquias rurales, que estuvieron a punto de desaparecer por cambios legales.

-Sí. La parroquia rural es la administración más cercana al vecino. Ademas, tiene coste cero. Los que formamos parte de la junta no percibimos remuneración alguna ni dietas.

-¿Se volverá a presentar en las elecciones de 2019?

-Creo que no, pero la vida da muchas vueltas.

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